¿Cómo controlar los nervios en una entrevista de trabajo?

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¡Lo hemos conseguido! Por fin nos han llamado para esa entrevista de trabajo y esto ya es un gran paso. Pero ahora queda lo más importante: superarla con éxito.

Es un momento difícil, pues a menudo no nos sentimos «naturales y tendemos a ponernos nerviosos. Estar un poco inquietos es normal, pero no podemos permitir que esos nervios nos dominen y sean muy evidentes en el cara a cara con el entrevistador. En este artículo te ofrecemos algunos consejos para que mitigues o elimines por completo los nervios y te sientas orgulloso de ti mismo cuando salgas de la entrevista.

Aunque pueda parecer lo contrario, las claves para controlar los nervios no están tanto en el durante como en el previo. ¡Toma nota!

Antes de la entrevista: recuerda que la improvisación no funciona

1)Documentación. Una de las causas más comunes de los nervios es no sentirnos seguros con lo que hacemos y/o decimos.  Por ello, la mejor forma de eliminarlos es incrementar nuestra seguridad. ¿Cómo? Preparando a conciencia la entrevista de trabajo. Hemos de documentarnos al máximo sobre la empresa (hoy Internet nos lo pone fácil), conocer su historia, estilo, misión, visión y valores. Cuanta más información recabemos, mejor podremos adaptar nuestro discurso a las preferencias de la organización.

2) Ensayo. En la misma línea, tenemos que preparar muy bien nuestra candidatura. La mejor forma es ensayar frente a un espejo y anotar nuestros errores (tartamudeo, «tics», palabras que repetimos mucho…). Si es preciso, podemos escribir en un cuaderno las respuestas que daremos a las posibles  preguntas. Algunas de las cuestiones que podemos ensayar son las siguientes: presentarnos en un minuto, describir nuestras fortalezas y lo que podemos aportar a la empresa o narrar las funciones que desempeñábamos en nuestro anterior puesto de trabajo. La clave es conseguir sentirnos seguros mientras hablamos, encontrando una postura cómoda y un lenguaje pausado, que denote tranquilidad.

3)Técnicas de relajación. Si nuestra tendencia es ponernos nerviosos, es muy útil aprender a controlar la respiración mediante algunas técnicas de relajación. Una particularmente útil es la respiración diafragmática, que garantiza una mayor ventilación y captación de oxígeno, desactivando al poco tiempo nuestro nerviosismo. ¿Cómo practicarla?

  • Inhala el aire durante 5 segundos, dirigiendo el aire al inspirar a tu abdomen, de modo que se hinche lo máximo posible.
  • Retén el aire unos instantes en tus pulmones (unos 4 segundos)
  • Expulsa el aire poco a poco, en unos 6 segundos, sintiendo cómo se «desinfla» tu vientre. Puedes poner las manos encima de tu tripa mientras practicas la respiración y sentir cómo tu abdomen «baja y sube». Es posible que al principio te cueste expulsar el aire en 6 segundos, pero es cuestión de entrenamiento: procura expulsarlo muy lentamente y lo acabarás consiguiendo.

Practicar esta técnica todas las noches, durante 5 minutos, nos ayudará a mantener un estilo de vida más tranquilo. Será particularmente útil los días o momentos previos a una entrevista de trabajo. ¡Puedes practicar mientras escuchas música relajante!

3) Haz una lista de pequeños logros que has conseguido últimamente/a lo largo de tu vida, no sólo a nivel laboral. No hace falta que sean grandes hazañas. Por ejemplo, ese día que conseguiste superar los 20 minutos corriendo o aquel otro en que todos te felicitaron por lo bien que te salió un guiso. Estas pequeñas anotaciones nos ayudarán a incrementar nuestra autoestima e iremos con mayor seguridad a la entrevista.

4)Déjalo todo preparado. Si tienes la entrevista por la mañana, no te acuestes sin dejarlo todo preparado: amanecerás más tranquilo. Escoge la ropa que llevarás y déjala fuera del armario. No te olvides de llevar 2 copias de tu currículum impreso en una carpeta de un color neutral.

Durante la entrevista

5) Habla de forma pausada: si arrancas de forma tranquila tu discurso, entrarás por la puerta grande y se reducirán tus nervios de forma natural. Además, transmitirás tranquilidad y eso siempre es positivo. Cuando nos expresamos muy rápido, los nervios se hacen demasiado evidentes y solemos decir cosas que no proceden. Si hemos ensayado delante del espejo, lo tendremos mucho más fácil.

6). Mira a los ojos del entrevistador. Tener la mirada perdida proyecta inseguridad.  El mirar de frente transmitirá seguridad al entrevistador y nosotros también, automáticamente, nos sentiremos más seguros y menos nerviosos.

7) Sonríe, pues este gesto relaja nuestros músculos y nos predispone a un ambiente distendido. Además, el entrevistador tendrá la impresión de que somos personas positivas y alegres. ¡Ojo! Una cosa es sonreír pero otra soltar alguna carcajada, pues esto puede no ser bien encajado. Podemos reírnos con naturalidad, pero siempre con moderación.

8) Siéntate erguido: te meterás en el papel de persona segura de sí misma, tus palabras fluirán de forma más natural y te resultará más sencillo adoptar un comportamiento asertivo, es decir, un término medio que te hará parecer una persona equilibrada (ni demasiado serio ni demasiado confiado).

Pero sobre todo…¡sé positivo! No vayas a la entrevista pensando que no te van a seleccionar, pues ello te predispone al fracaso. Confía en ti y piensa que, si te han llamado para conocerte, es porque tu perfil les ha encajado. Ahora tú puedes hacer mucho por cautivarles y ser positivo nos ayudará siempre.

¡Mucha suerte!

 

 

 

 

Irene Gil
Periodista. Más de 10 años dedicada a la Comunicación corporativa, profundizando en la situación social y laboral de las personas que lo tienen más difícil.

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