Compararse con los demás: el mayor error en la búsqueda de empleo

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Compararse con los demás, ¿inevitable?

«Las comparaciones son odiosas». Lo sabemos, pero en mayor o menor medida todos nos comparamos con las personas de nuestro alrededor.  Además, curiosamente, siempre nos medimos con quienes juzgamos mejor que nosotros: el de al lado es más alto, más guapo, tiene más dinero…

Extrapolado al empleo, caemos en pensamientos como: mi vecino ha encontrado trabajo antes que yo, a mi amigo le han ofrecido más dinero o «a todo el mundo» le llaman a entrevista antes que a mí…

Si te sientes identificado con estos pensamientos: ¡páralos! En general, todas las frases que empiezan por «a todo el mundo», «soy el único que» o «a nadie más que a mí», son absolutistas, subjetivas y muy poco veraces. Además, cuando te comparas con los demás, estás enfrentando los puntos fuertes de una persona con tus puntos débiles. Pero la realidad es que te falta información. Seguramente, esa persona también tiene sus debilidades y sus problemas, pero no los conoces. Cada persona es única, con sus fortalezas y debilidades. Las comparaciones no suelen ser justas ni reales.

Cómo dejar de compararse con los demás

Si estás buscando empleo y tiendes a compararte con los demás, te alejas sin darte cuenta de tu objetivo profesional.  Por ello, te proponemos una serie de pautas que te ayudarán a no hacerlo. Recuerda que el primer paso para encontrar empleo es la salud emocional.

1)- Transforma la «envidia» en inspiración. Cuando te comparas, afloran sentimientos negativos y de envidia: deseas lo que tienen los demás y, al no tenerlo, te frustras. ¿Por qué no transformar este sentimiento inútil en energía para alcanzar tus metas?

En lugar de envidiar a una persona, inspírate en ella. La inspiración tiene una fuerza mucho mayor que la envidia y hace que las personas logremos cosas extraordinarias. Si quieres conseguir lo que tiene el de al lado, fíjate en cómo lo ha hecho y trata de imitar sus puntos fuertes, siempre conservando tu estilo y esencia. Fíjate en los mejores y admírales. Ten voluntad para aprender de ellos, pues esto ya es de por sí una fortaleza que te abrirá muchas puertas.

2).- No busques culpables: actúa. La crisis, las empresas, la sociedad… cuando no encontramos empleo tendemos a externalizar la culpa. Y aunque es bien cierto que el mercado no lo pone fácil, culpabilizar a otros es un ejercicio inútil que no aporta nada.  Lo más inteligente es pasar a la acción. Si el mercado laboral está muy mal, fórmate e intenta destacar. Si el de al lado ha encontrado un empleo que tú deseas, pregúntale cómo lo ha hecho. Haz crecer tu red de contactos. El mercado no lo puedes cambiar  pero sí puedes mejorar tu situación.

3)-Identifica tus fortalezas. Cuando buscamos empleo y no lo encontramos, tendemos a olvidarnos de nuestras cualidades.  Pero todos tenemos muchas. Piensa en las tuyas y anótalas.  Y cuando el desánimo llame a tu puerta, ten a mano esta lista que te hará no olvidar lo mucho que vales.

4) Compite sólo contigo mismo. Si quieres competir con alguien, que sea contigo mismo. Aspira a convertirte en tu mejor versión. Ponte metas para mejorar. Por ejemplo, abrirte un perfil en Linkedin o hacer un curso de informática para incrementar tus habilidades.  El objetivo es que, después de unos meses buscando empleo, tu candidatura sea mucho mejor.

5)- Enamórate del mundo y el mundo te devolverá la sonrisa. Si sonríes a los demás, te sorprenderás de cómo la mayoría te devuelve la sonrisa. Lo mismo pasa cuando estás desanimados: proyectas tristeza y sientes que los demás te dan la espalda. Pero todo está dentro de uno mismo.  Disfruta con las pequeñas cosas de la vida y olvídate de ambiciones imposibles. Si quieres que el mundo te sonría, empieza por sonreirle tú al mundo.

6)- Quiérete como te gustaría que te quisieran. Para que una empresa te quiera, tienes que quererte a ti mismo. Cuídate, ten hobbies, haz deporte y trátate como te gustaría que te trataran. Si te quieres, las personas de tu alrededor también lo harán. Y te acercarás al empleo.

Irene Gil
Periodista. Más de 10 años dedicada a la Comunicación corporativa, profundizando en la situación social y laboral de las personas que lo tienen más difícil.

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