Empleo y discapacidad: 5 razones por las que el empleo favorece la plena inclusión

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¿Tienes discapacidad y te surgen dudas acerca de la posibilidad de buscar un trabajo? Estos días de confinamiento, motivados por la COVID-19, son una perfecta ocasión para definir metas, plantear objetivos y diseñar una estrategia de búsqueda de empleo para desarrollar cuando la normalidad se restablezca. Desde la Fundación Adecco tenemos plenamente constatado que el empleo favorece la plena inclusión de las personas con discapacidad.

Para las personas con discapacidad, el trabajo se convierte en un activo más vital, si cabe, que para el resto, en la medida en que normaliza su vida; la discapacidad pasa a un segundo plano y son valorados por sus competencias, habilidades y valores.  Si quieres conocer las 20 competencias clave para tener éxito en el mercado laboral poscoronavirus, descarga nuestra guía 20 competencias contra la exclusión laboral

A continuación, exponemos las principales razones por las que el empleo favorece la plena inclusión de las personas con discapacidad:

1. Incrementa la autoestima

Al desempeñar un puesto de trabajo, las personas con discapacidad se demuestran a sí mismas y a la sociedad de lo que son capaces de hacer. El empleo aumenta la autoestima. Para ello, las personas con discapacidad solo necesitan tener a su disposición las herramientas necesarias para que puedan desarrollar su trabajo plenamente, como cualquier otro profesional.

2. Fortalece las relaciones sociales

A través del empleo, las personas con discapacidad no solo se incorporan a la realización de unas tareas determinadas, sino a un equipo de trabajo diverso, que les permite reforzar sus relaciones sociales, fuera del ámbito de la discapacidad. El trabajo en equipo sirve para aprender a colaborar con otras personas, con cualidades y características distintas, pero que  enriquecen y ayudan a que la persona con discapacidad y el resto del equipo crezcan, tanto personal como profesionalmente.

3. Proporciona autonomía e independencia económica

El empleo permite que las personas con discapacidad obtengan una remuneración económica, de modo que pueden afrontar por sí mismos, o contribuir, a algunos gastos básicos de vivienda, alimentación, formación ocio, etc. Además, el hecho de desempeñar un trabajo remunerado permite a las personas con discapacidad sentirse parte activa de la sociedad y de la economía productiva, aportando parte de sus ingresos al Estado a través del  pago de impuestos. Todo ello normaliza su vida y hace que la persona con discapacidad se sienta un ciudadano más.

4. Desmonta estereotipos

El empleo incentiva el conocimiento y convierte a los trabajadores en especialistas en su materia. Para las personas con discapacidad, este hecho es especialmente destacado, en la medida en que se convierten en profesionales expertos y desmontan estereotipos asociados a su profesionalidad, demostrando que son válidos y competentes y que, además, se «ganan la vida» por sí mismos.

5. Previene la exclusión social

A la luz de las razones expuestas anteriormente, queda patente cómo una persona con discapacidad puede encontrar en el empleo un vehículo para prevenir y vencer la exclusión social. A través del desempeño de un puesto de trabajo, la persona con discapacidad obtiene ingresos, incrementa su autoestima y amplía su círculo social, aspectos clave, en definitiva para normalizar su vida.

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