La actitud en la búsqueda de empleo. ¡Hay que ir con todo!

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Cuando el trabajo duro ya está hecho, los objetivos laborales ya están definidos y tu formación se ajusta a los requerimientos de la oferta, tus probabilidades de éxito van a venir determinadas por un pilar fundamental: la actitud. Será el elemento diferenciador, el que muestre tu disposición a realizar tareas y a asumir nuevas responsabilidades.

Sin duda, una actitud positiva te dará un valor añadido. ¿Por qué? Porque si muestras ilusión e interés por desarrollar nuevos retos y pones en valor tu capacidad de superación y de implicación, la empresa deducirá que tendrás una adaptación más rápida y fácil. Y tendrás más posibilidades de ser elegido.

¿Cuáles son las actitudes para la búsqueda de empleo?

No siempre se puede controlar el estado de ánimo, por eso es muy importante trabajar las emociones e interiorizar mensajes de autoconfianza, de creer en uno mismo. Tan pronto se te pasen por la cabeza mensajes derrotistas de “no puedo”, “no lo conseguiré”, ¡páralos! Convéncete de lo mucho que vales y de que tu mayor fortaleza es, precisamente, que no hay nadie como tú. Eres único y cuentas con grandes capacidades. Te estás esforzando y más tarde o más temprano llegará tu recompensa. Las posibles negativas en entrevistas de trabajo no son fracaso, sino aprendizaje, parte del camino hacia el empleo que estás buscando. He aquí algunos consejos para trabajar la actitud:

Deshazte de los pensamientos negativos e improductivos

Cambia «no puedo» o «no lo conseguiré» por: «estoy en el buen camino», «ya queda menos». De esta manera, con pensamientos positivos y productivos se atraen también buenas situaciones.

Haz una lista de tus capacidades y fortalezas

No te olvides nunca de ellas y repásalas cuando sea necesario. Sobre todo en los momentos de «bajón» o inseguridad.

¡Cuídate!

Pasea, haz deporte, escucha música… Este tipo de actividades no están reñidas con la búsqueda de empleo, es más: necesitas desconectar para recargar pilas para lograr el éxito.

Apóyate en las personas de tu alrededor

Socializar y hacer ‘networking’ es parte de la búsqueda de empleo. Nunca se sabe si en una conversación con un amigo vas a encontrar el contacto necesario que te brinde esa oportunidad.

¡Y sonríe mucho, aunque creas que no tienes motivos!

¿Cómo influye tu actitud en tu búsqueda de empleo?

Nunca te olvides de mostrar ilusión e interés por el puesto. Trabaja la buena actitud en entrevistas y marca la diferencia.

Ponte en la piel de la persona que te entrevista. Si tú tuvieras que seleccionar a un candidato, te decantarías por aquel que transmita más pasión por el puesto en cuestión. Esta pasión no se proyecta sólo con palabras, sino que debes acompañarla de lenguaje no verbal (sonríe, mira a los ojos, transmite confianza…). Todo ello le estará diciendo al reclutador, sin palabras: “Soy el candidato que estabas buscando”.

Así que manos a la obra, ¡hay que ir con todo! Apuesta por una actitud abierta y receptiva, transmite energía, ganas, motivación, confianza… Quiérete mucho. Si lo haces, también te querrán las empresas.

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