Pablo Pineda

Pablo Pineda Ferrer nació un 5 de agosto de 1974 en Málaga, en el seno de una familia de origen valenciano. La decisión de sus padres de tratarle y educarle exactamente igual que al resto de sus hermanos, a pesar de tener síndrome de Down, fue la clave del éxito en su formación.

Estímulos y motivación le trasladaron de la escuela al instituto, para dar finalmente el paso a la universidad, donde se graduó en Magisterio, bajo la atenta mirada y admiración de un ejército de amigos que gana allí por donde ha pasado. Le quedan pocas asignaturas para finalizar el grado en Psicopedagogía.

Es investigando en la universidad, donde se da cuenta de que el fracaso de muchas personas que sufren su misma alteración genética, es debido a la poca estimulación que han recibido durante la etapa formativa. Su mensaje es claro: no se puede tratar a las personas con síndrome de Down como enfermos mentales, la estimulación es clave para su éxito.

Su papel protagonista en la película Yo También, le permite romper tabúes sobre su condición y valerle la Concha de Plata como mejor actor en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

Desde 2010 hasta la actualidad trabaja con la Fundación Adecco para sensibilizar a empresas y sus trabajadores sobre la importancia de incluir personas con discapacidad en sus plantillas.

Alegato de Pablo Pineda

En primer lugar quiero agradecer a Naciones Unidas la invitación a este acto tan solemne. Es un honor y una responsabilidad, que hayan pensado en mí, entre los 1000 millones de personas con discapacidad que somos en el mundo, como representante en un día tan especial.

Me gustaría pedirles que me mirasen de frente y que me dijeran qué es lo que ven. Quizás vean mis limitaciones, mis ojos rasgados, una vida repleta de barreras, deficiencias y un cromosoma que me diferencia… A veces caigo en los prejuicios contra los que yo mismo lucho. Por eso no les juzgo, pero les pido que sean valientes y me digan, mirándome a los ojos, lo que ven.

Denme la oportunidad de defenderme. Les aseguro que estoy preparado para hacerlo. La única forma que tengo para derribar los prejuicios es reconocerlos e identificarlos. Estos prejuicios me hacen distinto, que no diferente. Durante muchos años, los tics históricos y culturales han hecho que los millones de personas con discapacidad seamos un “colectivo”, como si todos formáramos parte de un ente homogéneo, perdiendo nuestra identidad y personalidad. Tengo la sensación de que vivo en un mundo al que parece que resultamos incómodos. ¿Por qué cada vez nacen menos niños con discapacidad? Yo me siento afortunado de estar en este mundo, aunque a muchos les sorprenda o les cueste aceptarlo.

A veces me pregunto si soy yo quien tiene discapacidad o es la sociedad la que no es capaz de ver más allá de sus propios prejuicios.

Me llamo Pablo Pineda, tengo 41 años y tengo síndrome de Down. Quisiera contarles brevemente las claves que me han permitido ser una persona plena y feliz.

Les diré una cosa: no hay límites capaces de parar a una persona que ama la vida aunque existan miles de barreras que se levanten para frenarla. Mis padres siempre me enseñaron a amarla sin ocultarme que existen dificultades y momentos de dolor. El primer secreto de lo que hoy soy es que amo la vida, MI vida, tal y como es, con sus cosas buenas y malas.

La segunda clave, y una de las más importantes, sin duda, es la educación. Cuando eres niño tus padres toman decisiones que pueden cambiar tu vida por completo. Mis padres decidieron que debían educarme de la misma forma que habían educado a mis hermanos. Apostaron por una educación inclusiva, un término que en los años 70 no solamente no existía, sino que se concebía como ciencia ficción. Fue una decisión que ha cambiado mi vida y me ha proporcionado algo que valoro como fundamental: LA LIBERTAD. Cuando aprendes a pensar y tomas tus propias decisiones, eres libre para enfrentarte al mundo.

La educación no se debe entender ni como un acto de caridad ni como un arma de confrontación política. Es simplemente un derecho que está presente en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Educarte y aprender te hace libre.

La tercera clave también me conduce a mis años escolares en los que tuve momentos de debilidad, e incluso de exclusión y discriminación. En algún momento pensé en dejar mis estudios desanimado y cansado de tener que demostrar más que los demás niños y jóvenes. Las aulas te enseñan, no sólo matemáticas, ciencias y literatura, te enseñan que si no te rindes, si eres capaz de proyectar tu vida siempre hacia delante, serás capaz de gobernarla y en algún momento verte en la meta. No te rindas jamás.

Es imposible caminar sólo. Durante mi vida ha habido personas que han confiado en mí y han sabido sacar la mejor versión de Pablo Pineda. Hoy soy un poquito de todos y cada uno de ellos. Por lo tanto, el cuarto secreto de mi vida ha sido la confianza. Todos necesitamos que nos apoyen y confíen en nuestras posibilidades.

En resumen, las claves que me han permitido ser una persona plena y feliz, han sido: amar la vida tal y como es, educarme y aprender a ser libre, trabajar incansablemente, no rendirme jamás y contar siempre con la confianza de personas que han creído en mí. Ha llegado el momento de Reaccionar. Hemos de poner la mente en blanco, olvidar nuestros prejuicios y mirar a las personas, en lugar de su discapacidad.

Me gustaría terminar con 7 consejos dirigidos a todos los que estáis hoy aquí y a los que nos escuchan a través de redes sociales:

1. No consientas que nadie se crea más que nadie. Porque no lo es. Todos somos tan iguales como diferentes a la vez. Y eso hace que la sociedad se enriquezca.
2. Sé valiente ante la injusticia. Recuerda; la mayor discriminación es la indiferencia.
3. Ponte en el lugar del otro, míralo de frente; a la misma altura, sin calificativos o etiquetas. Tienes delante a una persona: sus metas, sus derrotas, sus victorias, la capacidad de no rendirse jamás. El miedo, el coraje, la sonrisa. La lucha por conseguir sus sueños.
4. No señales las debilidades, no insultes con la mirada.
5. Enfréntate a los prejuicios, a las palabras que limitan.
6. Quédate con la mejor versión de cada persona. Ayúdala a superarse.
7. Ten siempre presente que las cosas importantes se logran con mucho esfuerzo.

Hoy y cada día tienes la oportunidad de cambiar la vida de una persona. Atrévete. Cámbiala

Muchas gracias a todos.

Pablo Pineda representa a las personas con discapacidad ante la ONU

El 3 de diciembre de 2015 a las 17:00 horas, Pablo Pineda representó en el evento central de Naciones Unidas, a los 1.000 millones de personas con discapacidad que hay en el mundo. Pudimos verlo en directo en aquí mismo

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