
05 Jun José Luis de Augusto: «el reto es demostrar que la apuesta por la Diversidad es rentable»
José Luis de Augusto se ha convertido, sin pretenderlo, en una referencia en el mundo de la discapacidad. En 2015 contrajo una lesión medular tras sobrevivir, milagrosamente, al accidente del A400M, en el que cuatro personas perdieron la vida. A partir de ahí todo han sido proezas.
Para empezar, en 2018 se convirtió en el primer piloto e instructor de vuelo con paraplejia en España; el mismo año recibió la Medalla de Andalucía y, actualmente, acaba de dar otro gran paso en su carrera y colabora con AstroAccess -ONG norteamericana apoyada por NASA, SpaceX, Blue Origin y Virgin Galactic-, siendo el único candidato español que participa en el único programa aeroespacial estadounidense para enviar al espacio a personas con discapacidad. Además, durante este tiempo ha formado una familia y ha hecho de su nueva circunstancia una oportunidad para luchar por un reto social de primer orden: la inclusión social y laboral de las personas con discapacidad.
De todo ello pudimos hablar con este sevillano de 39 años, en el marco de una jornada desarrollada por Airbus en la que compartió anécdotas y reflexiones, desde la perspectiva de un profesional que no deja de derribar barreras ni de abrir camino a otras muchas personas en su situación.
«No es de recibo que no exista una regulación aeronáutica en los viajes de personas con movilidad reducida»
Siempre que puedes, alzas la voz para reivindicar los derechos de las personas con discapacidad. Por ejemplo, en tu charla has comentado que no existe homogeneidad en los procedimientos cuando viaja una persona con movilidad reducida, ¿qué futuro le auguras a esto? ¿crees que se solucionará pronto?
Efectivamente, no existe una regulación aeronáutica a nivel mundial, ni procedimientos específicos cuando viaja una persona con discapacidad. Hace poco volé con una compañía low cost, hicimos escala en un aeropuerto y tenía muy poco margen respecto al siguiente vuelo. Pensé que me iban a recoger y a llevar directamente a la terminal para embarcar (como suele suceder), pero no fue así. En esa terminal, las personas con discapacidad tenían que volver a salir, volver a pasar el control de facturación y entrar de nuevo. En general, viajas con mucha incertidumbre y esto hay que solucionarlo. No es de recibo que en un sector tan regulado como el aeronáutico no exista regulación en los viajes de personas con discapacidad. Hay que lidiar con ello, y no solo desde la perspectiva de los fabricantes o de la accesibilidad, sino teniendo en cuenta los procedimientos. Las compañías aéreas son las que tienen capacidad para promover esta regulación. No le auguro un futuro demasiado inmediato, porque primero habría que evidenciar que, el hecho de tener unos procedimientos estandarizados, va a hacer que las compañías ahorren dinero.

También hablas de la infrarrepresentación de las personas con discapacidad en el sector aeroespacial, y en general en las empresas, ¿qué se podría hacer al respecto?
En primer lugar, creo que existe un precondicionamiento muy fuerte en los procesos de selección. Se tienden a ver más las limitaciones que las capacidades de las personas. Hay que trabajar mucho en el plano de la sensibilización para terminar con estos sesgos. Y en línea con la pregunta anterior, también es una cuestión económica: el reto es demostrar que la apuesta por la Diversidad y por la inclusión es rentable. En el sector aeroespacial esto se ve muy claro, porque desarrollamos proyectos muy complejos en los que se necesitan diferentes visiones y puntos de vista. Una sola persona sería incapaz de llevarlos a cabo: donde uno tiene una debilidad, otro tiene una fortaleza y viceversa. Por eso hay que complementarse. La diversidad abre un campo de oportunidades inmenso, y creo que un sector tan pionero y avanzado como el aeroespacial debe dar ejemplo.
En los últimos años te has convertido en toda una referencia, en un modelo a seguir, y no solo para las personas con discapacidad, sino para toda la sociedad. ¿De dónde se saca la energía para superar una situación como la que tú has vivido?
Creo que todos tenemos una fuerza innata para sobreponernos a los contratiempos de la vida y yo animo a que cada uno la busque dentro de sí mismo. La capacidad de adaptación es intrínseca al ser humano.
«Cuando convives con una discapacidad, aprendes a optimizar lo que tienes y a dar el 100%»
¿Qué recuerdas del accidente? ¿En qué crees que te ha cambiado este episodio de tu vida?
Lo recuerdo absolutamente todo. El antes y el después muy difuso, pero del accidente como tal lo recuerdo todo. Y esto es positivo porque te da capacidad para entender lo que sucedió y saber que hiciste las cosas como tenías que hacerlas. La memoria ayuda a comprender y a asimilar. Por otra parte, siempre digo que soy la misma persona que antes del accidente, con los mismos puntos fuertes y débiles. Es cierto que me he vuelto más metódico y recapacito más las cosas, enfocándolas desde un punto de vista más humano. Además, cuando convives con una discapacidad de este tipo, aprendes a optimizar lo que tienes. Siempre que me preguntan si he mejorado físicamente después del accidente, respondo que el músculo que no se movía sigue sin moverse, pero el resto de músculos que sí se mueven, los he optimizado. Trato de sacar el 100% de lo que tengo y eso creo que es muy común a todas las personas con discapacidad.
«Durante el impacto, estuvimos soportando 80G, es decir, es como si mi cuerpo pesara 80 veces más. Tardé dos años en asimilar lo que había sucedido»
Cuando fuiste consciente de lo que había sucedido, ¿pensaste en algún momento que ya no volarías nunca más?
Realmente nunca me planteé dejar de volar porque pienso que es una cuestión estadística: si ya he tenido un accidente de este calibre, creo que ya he cubierto el cupo. Pero sí es cierto que todo tiene un proceso de asimilación, el impacto que tuvimos no fue un simple golpe, sino que estuvimos soportando 80G, es decir, durante una milésima de segundo de desaceleración mi cuerpo pesaba 80 veces más de lo que realmente pesa. Después del accidente lo más llamativo era la lesión medular, pero todos mis órganos estaban también muy afectados. Estuve seis meses en el hospital y hubiera sido muy osado por mi parte salir diciendo que quería volar. Primero tenía que recuperar mi vida normal y familiar. Tardé dos años en asimilar lo que había pasado, y poco a poco volví a retomar las inquietudes que ya tenía de antes.
Y fue entonces cuando te convertiste en el primer piloto e instructor de vuelo con paraplejia en España y poco después fundaste Newwings, ¿cómo surge este proyecto?
Cuando renové la licencia de piloto, tenía un avión adaptado y pensé: «¿y ahora qué»? No podía quedarme ahí y junto al Real Aeroclub de Sevilla nos pusimos en marcha y surgió el proyecto Newwings («Nuevas ala), que junto a Sillas Voladoras (Organización sin ánimo de lucro), trabajamos para que las personas con discapacidad puedan sentir la sensación de volar y, por qué no, optar a sacarse la licencia de piloto.
«En el espacio, algunas discapacidades se convierten en ventajas»
A través del Proyecto Astroacces, habéis descubierto que en entornos de ingravidez la discapacidad puede pasar a un segundo plano, ¿nos puedes contar un poco más sobre esto?
Este es un campo muy interesante, porque curiosamente, algunas discapacidades se convierten en ventajas en el espacio. Por ejemplo, una persona con discapacidad visual no sufre procesos de cinetosis (mareos) y se mueve con mucha más libertad en los entornos de ingravidez. O una persona con amputaciones, se quita sus prótesis y se desplaza con más velocidad al tener menos inercia. Todos estos descubrimientos son muy interesantes y se pueden aplicar, por ejemplo, al turismo espacial. Puede haber personas mayores o con problemas de movilidad, pero que tengan poder adquisitivo para ir al espacio.
¿El turismo espacial es una realidad? ¿vamos a vivir para verlo?
El turismo espacial ya está aquí. A final de este año hay programado un vuelo comercial de SpaceX a la Luna. Y hace dos años ya se puso un cohete en órbita con cuatro turistas a bordo.
¿Crees que has tocado techo? ¿Cómo te gustaría verte dentro de 10 años?
La verdad es que me gustaría verme igual que ahora. He alcanzado un status en el que estoy haciendo lo que quiero y lo que me gusta, con la suerte de que además puedo apoyar técnicamente avances en el mundo de la inclusión y también tener una vida familiar. Poder llevar y recoger a mi hija al cole no tiene precio. Quizás con el trabajo que tenía antes del accidente esto no hubiera sido posible. Puestos a pedir, sí me gustaría tener menos dolores, la movilidad reducida no es lo más limitante para mí, pero los dolores sí me afectan mucho en el día a día.
Por último, una pregunta obligada en este 2023. ¿Qué opinas de la Inteligencia Artificial y de cómo puede favorecer la inclusión de las personas con discapacidad?
Creo que la IA está aquí para ayudarnos, pero tenemos que saber adaptarnos y complementarnos. Las personas siempre vamos a ser necesarias y tenemos muchos ejemplos. Cuando salió el primer ordenador IBM pensaron que las calculadoras humanas iban a desaparecer, pero después se dieron cuenta que alguien tenía que programar esas máquinas. Se supieron adaptar y ayudarse de la tecnología para tener un avance en el cálculo computacional que nos permitió, por ejemplo, llegar a la Luna.
Sorry, the comment form is closed at this time.