Esta petición resume muy bien los deseos formulados por las personas con discapacidad para el próximo 2016. En su informe Qué 3 deseos le pides al nuevo año, la Fundación Adecco ha encuestado a 200 personas con discapacidad para conocer sus aspiraciones de cara al año venidero.
El protagonista indiscutible este año no ha sido otro que el empleo: un 84% de los encuestados ha mencionado esta variable en uno de sus tres deseos, pero en esta ocasión haciendo hincapié en que éste sea “igualitario” y no una demostración de “caridad o filantropía” por parte de las empresas.
Las personas con discapacidad han dejado claro, en sus respuestas que, en pleno siglo XXI, las empresas deben tomar conciencia de que un certificado de discapacidad no anula ni merma la capacidad de trabajar de una persona, sino que aquél que lo posee cuenta con fortalezas, competencias y habilidades, como cualquier otra persona.
Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco: “es erróneo presuponer que una persona con discapacidad rendirá menos en su puesto de trabajo, como también lo es idealizarla y pensar que cuenta con habilidades extraordinarias o sobrehumanas. Lo correcto es ser consciente de que es una persona como otra cualquiera, con fortalezas y debilidades. Lo que sí podemos constatar, desde la Fundación Adecco, es que las personas con discapacidad suelen ver reforzados valores como el esfuerzo, la capacidad de sacrificio o la superación, que se convierten en aliados muy importantes para la consecución de resultados en las empresas”.
Por todo ello, es importante dar por clausurada la etapa en la que las personas con discapacidad trabajaban por “filantropía empresarial”. Las personas con discapacidad reivindican que las empresas y la sociedad olviden su “certificado” y fijen la atención en sus competencias y capacidades.
Salud, empleo justo e igualdad
Al preguntar a las personas con discapacidad por sus 3 deseos de cara a 2016, 3 han sido las respuestas más repetidas: salud (90%), empleo (84%) e igualdad (77%), por este orden.
Así, 9 de cada 10 nos ha dejado respuestas como las siguientes: “no recaer en mi enfermedad”, “no empeorar en temas médicos”, “salud para mí y los míos”, etc.
Que las empresas nos miren con respeto, no con compasión
En segundo lugar, el empleo ha copado buena parte de las respuestas: un 84% de los encuestados pide una ocupación al año venidero, pero la mayoría destaca que ésta debe ser digna, equitativa y adecuada a sus competencias.
De las respuestas se infiere que los encuestados desean que la sociedad reconozca sus capacidades, a través de una visión renovada que destierre la asociación inexorable de discapacidad con dependencia e inactividad. Algunas de las respuestas en este sentido han sido: “que las empresas nos miren con respeto, no con compasión”, “que no se nos vea como una carga para el Estado, sino como parte de la economía productiva”, “que podamos trabajar igual que cualquier otra persona y nos valoren por lo que podemos hacer”.
En este sentido, un 80% de los encuestados ha destacado que, en términos generales, las personas con discapacidad siguen ocupando puestos de baja responsabilidad, sin tener presencia habitual en cargos directivos.
En la misma línea, un 62% opina que la contratación de personas con discapacidad obedece, mayoritariamente, a un afán de cumplir con la ley, en lugar de a una verdadera normalización de la discapacidad en el tejido empresarial.
Ser uno más
El tercer deseo ha sido, sin duda, la igualdad de oportunidades (77%). Las personas con discapacidad piden empatía, es decir, que las personas de su alrededor sean capaces de entender sus necesidades y ponerse en su lugar, pero no por ello justifican la discriminación positiva: quieren ser uno más.
Según Mesonero: “el gran reto es que la sociedad en general entienda la diversidad que caracteriza al mundo, siendo capaces de integrar a todas las personas independientemente de su edad, nacionalidad, raza, etc. En este sentido, las personas con discapacidad quieren que la sociedad sea sensible a sus necesidades, pero sin poner cortapisas a sus posibilidades de desarrollarse personalmente o llevar una vida normalizada”.
Así, éstas han sido algunas de las respuestas: “que no se extrañen cuando nos vean, por ejemplo en un concierto”, “que pongan personal de apoyo suficiente para que los niños con discapacidad puedan acudir a excursiones y/o actividades extraescolares, como cualquier otro”, “que hagan accesibles las instalaciones de los centros comerciales para que podamos probarnos ropa, como los demás ciudadanos”.
Además, destaca un 45% que pide a 2016 la paz en el mundo en el sentido más amplio: fin de las guerras, no al terrorismo, etc. Por último, un 20% ha mencionado retos y aspiraciones de índole personal: conseguir vivienda, viajar por el mundo, poder comprarse un coche, etc.
Pablo Pineda ha abanderado estos deseos en la ONU, a través de un emotivo mensaje en el que no pudo evitar romper a llorar mientras defendía los derechos de las personas con discapacidad. No te pierdas el vídeo Pablo Pineda se emociona defendiendo los derechos de las personas con discapacidad.