Joan Pahísa: “No destaco por una superación extraordinaria: todo lo que he hecho es enfrentarme a mis miedos”

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Su metro de estatura no ha sido obstáculo para alcanzar todo lo que se ha propuesto. Joan Pahísa tiene 27 años, es ingeniero, deportista profesional y orador motivacional, entre otras facetas.

¿Recuerdas la primera vez que tuviste consciencia de ser “diferente” a los demás?

No tengo un recuerdo claro de ese momento, porque lo tengo asumido desde que nací. Ya en parvulario, había mucha diferencia de estatura con los demás. Siempre ha sido algo muy evidente, por lo que lo he vivido con normalidad.

En una sociedad competitiva, que tradicionalmente educa en la “ley del más fuerte”, no resulta sencillo para nadie salir adelante. En tu caso, ¿Encontraste obstáculos en tu infancia y adolescencia a la hora de relacionarte con los demás y llevar una vida normalizada?

Siempre digo que todas las personas, independientemente de cómo seamos, tenemos el mismo reto: aceptarnos tal como somos. La adolescencia es una época de muchos miedos e inseguridades y yo pasé momentos complicados, pero con el tiempo me he dado cuenta de que no tenían nada que ver con mi estatura, sino con mis propios temores. Una vez te aceptas a ti mismo y te abres a los demás, los obstáculos se reducen y nadie puede hacerte daño. He tenido la suerte de tener siempre mucho carácter, y esto ha sido una baza a mi favor.

¿Qué papel ha desempeñado tu familia en tu desarrollo personal y profesional?

Podría responder que siempre me han inyectado ánimos para hacer cosas en la vida, pero realmente me han ayudado de una forma diferente: dejándome ser yo mismo. Nunca me han puesto barreras para hacer lo que yo quería y siempre me han tratado con mucha normalidad, sin dar importancia a mi estatura.

 

“Mi discapacidad me ha aportado muchas cosas positivas”

Has estudiado una carrera, ganado campeonatos internacionales de tenis de mesa y además eres orador motivacional. ¿El hecho de tener una discapacidad te predispone a la constante búsqueda del reto y a la superación?

Creo que no destaco por una superación extraordinaria, pues todo lo que he hecho es enfrentarme a mis miedos, como cualquier otra persona. El tener una discapacidad no me presupone al reto, aunque es cierto que tengo que enfrentarme a situaciones poco habituales, que te hacen echarle imaginación a la vida. De hecho, a pesar de lo malo que pueda tener mi discapacidad, a mí me ha aportado muchas cosas positivas. Por ejemplo, estoy muy acostumbrado a la resolución de conflictos y ya no me pongo nervioso al hablar en público, porque estoy muy habituado a ello.

¿Crees que nuestra sociedad sigue fijando la atención en las limitaciones de las personas y no en sus capacidades?

 Muchas veces sí. Tendemos a dar mucho peso a lo negativo o a presuponer que son negativas cuestiones que no lo son. Nuestra sociedad tiene un gran reto y es eliminar prejuicios y estereotipos que nos siguen nublando la vista. Hemos de aprender a ver las cosas y a las personas como realmente son.

Precisamente, esto es lo que intentas en tus jornadas con la Fundación Adecco…

Efectivamente. Intento que las personas pongan la mente en blanco y eliminen todos sus prejuicios e ideas preconcebidas. Que vean a la persona por encima de su aspecto físico. Además, trato de transmitir mucho ánimo y energía a los que me escuchan, para ayudarles a lograr el principal al objetivo en la vida: ser feliz.

Has superado multitud de barreras, pero, ¿cuál es tu reto? ¿qué te queda por hacer?

Me gustaría empezar a hacer maratones en handbike para dar visibilidad a las asociaciones de Deportes para talla baja. Además, me encantaría ser escritor de novelas e historias de ficción.

¿Cómo te gustaría verte de aquí a 10 años?

Sobre todo, me gustaría verme feliz, tener ilusiones. Me da igual si finalmente consigo ser escritor o no, si tengo lo más importante. Los sueños pueden cambiar y evolucionar con el tiempo, pero hay algo que siempre permanece, que es la búsqueda de la felicidad.

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