¿Cómo normalizar la discapacidad en entornos laborales?

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Normalizar la discapacidad en los entornos laborales es fundamental para que la inclusión se produzca con garantías. Sin embargo, a día de hoy, la indiferencia, los prejuicios, la sobreprotección, el desconocimiento o la discriminación siguen frenando dicha normalización. Todo ello da lugar a actitudes y reacciones que dificultan la inclusión laboral.  Para minimizarlos, desde la Fundación Adecco os proporcionamos diez sencillos consejos que también encontrarás reflejados y explicados en nuestro informe Discapacidad y Relaciones Sociales. ¡Toma nota!

1.- Cuida el lenguaje. Elimina palabras como “discapacitado” o “minusválido”: apuesta por persona con discapacidad, pues se pone el foco en el sujeto (persona) en lugar de en una condición de la misma. Del mismo modo, es fundamental desechar la palabra “normal” cuando nos referimos a personas sin discapacidad.  Recuerda que una persona con discapacidad está completamente dentro de la normalidad.

2- Pregunta las dudas que puedan surgir, si es necesario:  es mejor preguntar las dudas que te puedan surgir a no acercarte a la persona con discapacidad por no molestar o importunar, pues podría parecer rechazo o desinterés. Sin embargo, es importante no centrar todas las conversaciones en torno a este tema. No olvides que la vida de una persona con discapacidad no gira únicamente en torno a la misma, sino que tiene aficiones, opiniones y gustos.

3- No des por hecho que necesitan ayuda constante: Si queremos normalizar la discapacidad, tenemos que desterrar la tendencia a la sobreprotección, que se hace especialmente patente en los entornos de trabajo, donde las personas desempeñamos tareas y asumimos responsabilidades. En muchas ocasiones, damos por hecho que los trabajadores con discapacidad no van a ser capaces de afrontarlas o van a encontrar dificultades añadidas. No está mal preguntar si necesitan algún tipo de apoyo o mostrarnos disponibles y abiertos, cuando la persona se incorpora inicialmente. Pero es un error ofrecer constantemente nuestra ayuda, pues podría parecer que estamos subestimando a la persona y cayendo en la conmiseración.

4- Facilita su relación con otros compañeros de trabajo: incluye a la persona con discapacidad en todos los planes de ocio que puedan surgir, dentro y fuera del horario laboral: es erróneo presuponer que no podrán disfrutar de ellos.

5- Respeta su espacio personal, sobre todo en discapacidades físicas:  los elementos de apoyo que emplean (sillas de ruedas, muletas, etc.) no son de uso público, sino que pueden llegar a considerarlos extensiones de su cuerpo. Tocarlos podría resultar peligroso o invasivo.

6- Trata a las personas con discapacidad intelectual de acuerdo a su edad: No se puede normalizar la discapacidad si infantilizamos de forma constante a las personas con discapacidad intelectual. Para ello hay que dejar que hagan y traten de hacer solas todo aquello que sea posible. Si les damos hechas sus tareas, no estaremos ayudándoles, sino reforzando su dependencia.

7.- No hables de forma excesivamente pausada y alta: salvo que la persona con discapacidad te indique que tiene problemas auditivos, emplea un tono y ritmo de habla normal.

8- No saques conclusiones de experiencias aisladas: normalizar la discapacidad implica poner la mente en blanco y deshacerse de cualquier prejuicio y/o experiencia pasada. Es erróneo «meter a todas las personas con discapacidad en el mismo saco». Cada una es única y una experiencia más o menos desfavorable no determina cómo serán el resto.

9- Apuesta por la empatía, ¡siempre!:Una de las claves para tratar correctamente a una persona con discapacidad es ponerse en su lugar, respetar sus diferencias y reflexionar acerca del modo que nos gustaría que nos trataran si estuviéramos en su situación. El sentido común es el mejor aliado.

10- Apoya y participa en las actividades de voluntariado corporativo. Si tu empresa te ofrece la posibilidad de participar en voluntariado corporativo con personas con discapacidad, súmate a la causa. Tendrás la oportunidad de eliminar multitud de prejuicios y de contribuir a generar un entorno sensible y abierto a la discapacidad. Si no tienes la posibilidad de participar en este tipo de voluntariados siempre puedes proponerlo, si existe buzón de sugerencias, o buscar actividades de esta índole fuera del entorno de trabajo.

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