Por David Morales @davidmmesa
De los 300 millones de habitantes en Estados Unidos, cerca de 54 millones tienen algún tipo de discapacidad. Una cifra que rebasa por completo a la totalidad de la población española. Este grupo de población es considerado además, como el grupo social minoritario más amplio en este país; con necesidades y requerimientos específicos para su adecuada inclusión socio laboral.
En una economía como la estadounidense, diferentes organizaciones reconocen el lugar que ocupan estas personas en la contribución económica y productiva que generan con su participación laboral. Estas millones de personas, son además, potenciales contribuyentes y motores del desarrollo de una nación en búsqueda del crecimiento constante.
Sin embargo, sólo cerca de un 20% de esta población se encuentra empleada o está buscando un lugar de trabajo; según lo indica una reciente investigación del (NGA) National Governors Association. Un bajo porcentaje, que alerta sobre la urgente necesidad reformista, y la realidad comparable, tanto con algunos países del espacio europeo como el nuestro, como en otras naciones en vías de desarrollo.
Es claro que la agenda internacional sigue teniendo pendiente, la generación de mecanismos de integración perdurables, ya que entre otras cosas, se cree que en la última década sólo en EEUU hubo un incremento del 25% de la población con discapacidad, entre otros aspectos, debido a fenómenos como una mayor longevidad, enfermedades adquiridas, accidentes, o discapacidades congénitas.
El reporte destaca, el valor invaluable de miles de norteamericanos con discapacidad que hoy día contribuyen en sectores tan diversos como la ciencia, la tecnología o en el sector servicios.
Cerca de 600.000 investigadores e ingenieros con discapacidad hacen parte de este exclusivo grupo, entre los que podemos encontrar a directores ejecutivos de empresas tan importantes como Ford, Apple, Xerox o Turner TV.
Sin duda, uno de los paradigmas de la evolución hacia la empleabilidad de estas personas; es que cerca de 200.000 personas con discapacidad trabajan como funcionarios para las diferentes actividades del gobierno de EEUU, lo que llega a representar cerca del 11% del total del funcionariado en los 50 estados.
Si bien la tasa de desempleo en personas con discapacidad es 10 veces mayor que la media nacional en EEUU, para aquellos que trabajan su capacidad de ingresos acumula cerca de un trillón de dólares, lo que evidencia el gran potencial de su contribución al crecimiento económico de la nación.
Entre las diferentes aproximaciones y medidas presentadas en el informe, se resaltan observaciones para que negocios y entidades aproximen la inclusión de la discapacidad a su negocio. Favoreciendo su empleabilidad pero también con la creación y oferta de nuevos servicios y productos orientados a sus necesidades. Entre las cualidades que destacan de este grupo social señalan además, su capacidad para el desempeño profesional, su constancia, calidad, flexibilidad, así como el bajo ausentismo; gracias al compromiso con los proyectos que son depositados en sus manos.
Para las empresas y entidades participantes en el estudio, es claro que las mejoras deben ser tomadas cuanto antes, ya que se estima que habrá un incremento poblacional de personas con discapacidad cercano al doble, durante los próximos veinte años. De nuevo, una réplica de estadísticas que está anunciada para muchos países, entre ellos Europa, con su pirámide social a la baja en los indicadores de natalidad.
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