Los jóvenes son uno de los grupos de población que más han sufrido los efectos de la crisis. El cuello de botella que siempre se ha formado a la hora de entrar en el mercado laboral para los que menos experiencia tienen se ha estrechado haciendo de la obtención de un empleo un objetivo complicado en nuestro país. La tasa de paro de los menores de 25 años (55%) ya duplica a la del conjunto de la ciudadanía (26%).
El I INFORME EL RETO DE LA INSERCIÓN LABORAL DEL JOVEN CON DISCAPACIDAD revela que en el caso de las personas con discapacidad este porcentaje sube hasta el 62%.
Los efectos de la crisis se están notando con menos intensidad en las personas con discapacidad, pero parece claro que aún queda un importante camino que recorrer para igualar la situación de éstas con la del resto de la población, especialmente en el caso de los más jóvenes.
El Observatorio de las Ocupaciones del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) considera a los jóvenes y a las personas con discapacidad como 2 de los grupos con mayores dificultades de acceso al empleo, si bien apostilla que la coyuntura de crisis se siente de forma menos intensa en los segundos.
El perfil del desempleado joven con discapacidad encuestado por la Fundación Adecco es el de una mujer (56%) con estudios técnicos (30,4%), discapacidad física (42,6%) y que habita con sus padres (100%).
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Fotografía de Tetsumo cc