Por Irene Gil Romero @irenegilromero
Hoy, 12 de agosto, se celebra el Día Internacional de la Juventud que, como recuerda la ONU: «constituye un inmenso potencial de acercamiento entre los pueblos, de diálogo intercultural y desarrollo pero plantea asimismo enormes desafíos por lo que respecta a la exclusión, la pobreza, la explotación o las discriminaciones».
Desde la Fundación Adecco no queremos dejar pasar este día sin detenernos a reflexionar sobre esos jóvenes que, como todos los demás, luchan a diario por alcanzar sus sueños y sus metas personales, pero que además cuentan con una dificultad añadida: la discapacidad. Recientemente, conocimos algunos datos interesantes en lo que respecta a estos jóvenes, a raíz del Informe «El reto de la integración laboral del joven con discapacidad», realizado por la Fundación Adecco y Terminales Canarios:
- Un 69% de los menores de 25 años con discapacidad no ha tenido ningún contacto con el empleo, cifra que disminuye hasta el 48% en los jóvenes entre 26 y 30 años.
- Parece que las personas con discapacidad tardan más en incorporarse al mercado laboral: a nivel general, los jóvenes encuentran su primer empleo a la edad media de 23 años.
- Entre las razones de este desfase encontramos prejuicios asentados en el seno empresarial y otras causas como la sobreprotección familiar.
Enrique, una historia de superación
Sin embargo, hoy queremos contaros una historia de superación, que ha conseguido romper con estas cifras: la de Enrique.
Enrique nació con una discapacidad física. Una circunstancia que, sin embargo, jamás borra su eterna sonrisa. Actualmente tiene 21 años y perdió a su padre y madre hace 6 y 12 años, respectivamente. Desde entonces, tiene que salir adelante solo, sin ningún tipo de ayuda.
“Nunca me ha correspondido ninguna prestación, de modo que necesité trabajar desde muy joven, sobre todo desde que me independicé hace 3 años”.
Su primer empleo lo consiguió en una fábrica como manipulador, pero sólo le duró unos 20 días. “Me contrataron por una punta de trabajo pero no pude continuar”. Después, logró un puesto de trabajo como vendedor de cupones que se prolongó durante un año, pero tampoco pudo quedarse.
En plena crisis, Enrique necesitaba con urgencia un empleo y fue entonces cuando conoció a la Fundación Adecco. Acudió a una entrevista de selección en la que enseguida demostró su predisposición para trabajar. “Enrique es una persona que proyecta optimismo, ilusión y gran capacidad para aprender nuevas funciones e integrarse en un equipo”- comenta Mª José, su consultora de la Fundación.
Gracias a ello, Enrique consiguió, a través de la Fundación Adecco, una entrevista en la empresa de bricolaje AKI, que no dudó en darle una oportunidad. Actualmente ya lleva 2 meses trabajando, sus funciones son fundamentalmente la colocación de productos y atender en caja.
“Para mí ha sido un milagro encontrar este trabajo y estoy muy agradecido tanto a la Fundación Adecco como a AKI”.
Enrique se siente afortunado, pero tiene claro que para alcanzar las metas sólo hay un secreto: la persistencia. “Si sólo buscas 2 veces y no encuentras nada, no puedes tirar la toalla, hay que seguir intentándolo y al final siempre acabas encontrando tu oportunidad”- comenta.