“Ojalá permanezca siempre en esta empresa”- escuché decir hace poco a un compañero y amigo. Una frase que ya ha llegado a mis oídos en más ocasiones, tal vez con otras palabras pero siempre con un denominador común: quien la ha pronunciado ha sido una persona con discapacidad.
Quizás sea una circunstancia fortuita, pero nunca, jamás, he escuchado a una persona con discapacidad quejarse de su puesto de trabajo, sino que siempre he percibido en ellas una gran fidelidad al proyecto y una inmensa dosis de optimismo a la hora de desarrollar su labor.
Tópico o no, lo que resulta evidente es que las personas con discapacidad ven reforzados valores como la capacidad de sacrificio, la motivación, el esfuerzo o el afán de superación. Virtudes que les convierten en trabajadores con una gran predisposición a la orientación a resultados y a la productividad, lo que reduce en gran medida la rotación y el absentismo.
¿Ello les convierte en trabajadores más felices? Seguramente algo más que la media y así lo avala la encuesta que hemos realizado conjuntamente la Fundación Adecco y el Dpto IN-PSITRO de la Universidad Rey Juan Carlos. Encuesta en la que hemos querido analizar el grado de bienestar de los trabajadores con discapacidad en las empresas en las que desarrollan su actividad.
En primer lugar, es destacable que los trabajadores con discapacidad muestran un nivel de satisfacción laboral elevado. Así, en una escala estadística del 1 al 10, siendo el 5 un nivel de satisfacción medio, ellos alcanzan los 7 puntos.
Del mismo modo, los datos de la encuesta muestran una intención de abandono de la organización significativamente inferior (2) al valor medio (5), lo que muestra su deseo de mantener su empleo actual.
Por último y en la misma línea, los niveles de estrés percibido (4), son también inferiores al valor medio (5).
