En un mercado altamente competitivo, las titulaciones tradicionales: periodista, médico, biólogo… han quedado obsoletas, al menos por sí solas: hay que dotarlas de un apellido. Por ejemplo: periodista económico, médico forense, biólogo marino, etc. Dicho de otro modo, estamos en la era de la especialización y ello requiere que nos convirtamos en auténticos expertos. La mayoría de las áreas son pluridisciplinares y debemos focalizar la atención en una parcela específica de conocimiento: así nos diferenciaremos y nos convertiremos en profesionales más atractivos para las empresas.
¿Cómo decidir en qué área me especializo?
Para escoger nuestra rama de especialización debemos interrelacionar 3 variables que son, por orden de importancia, las siguientes: qué demanda el mercado, qué me gusta hacer y qué se me da bien.
1- Qué demanda el mercado. El mercado laboral está vivo y sus necesidades van variando a lo largo del tiempo. Por ejemplo, hace 10 años la figura del community manager era residual y ahora se ha convertido en un profesional en auge. Por tanto, antes de decidir nuestra especialización debemos prospectar nuestro sector: conocer qué perfiles está demandando y en cuál creo que encajaría mejor.
2- Qué me gusta hacer. El proverbio dice “escoge un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un solo día de tu vida”. Este segundo aspecto es fundamental para decantarnos por una especialización: estudiaremos con más entusiasmo y optimizaremos nuestro rendimiento.
3- Qué se me da bien. Este aspecto suele ir íntimamente relacionado al anterior. Si identificamos un perfil que está demandando el mercado, que nos gusta y que además se nos da bien, habremos cerrado el círculo virtuoso que necesitamos para conseguir nuestro primer empleo.
Es importante que empecemos a especializarnos desde la misma etapa universitaria: escogiendo aquellas asignaturas que más se ajusten a la especialización, contactando con profesores, conocidos y otras personas que nos puedan asesorar, realizando algún curso o formación extrauniversitario y, sobre todo, investigando, leyendo y documentándonos, para estar al día de todas las novedades de la especialización elegida.
De este modo, cuando llegue nuestra primera experiencia práctica, demostraremos unos conocimientos superiores a la media que causarán una excelente impresión a la empresa.