Buena práctica de inclusión laboral de personas con discapacidad: el caso de Óliver

06 May Buena práctica de inclusión laboral de personas con discapacidad: el caso de Óliver

Óliver disfruta trabajando en tareas administrativas: imprimiendo, escaneando y archivando documentos. Y precisamente esas eran las labores que tenían reservadas para él en RPK, el método 5S: clasificar, organizar, limpiar, estandarizar y disciplinar.

Llegó a esta compañía de soluciones industriales de Álava de la mano del Plan Familia de la Fundación Adecco para una estancia formativa de tres meses destinada a personas con discapacidad. Nuria López, responsable de Personas de RPK, nos cuenta que fue el primer y único candidato al que entrevistaron. Esa primera conversación la mantuvo él solo, como una muestra más de su autonomía. Después, su familia confirmó que las tareas que le ofrecían en la empresa eran lo que estaba buscando. «A Óliver le gusta el trabajo de oficina, no le interesan otros oficios como la limpieza, la jardinería o la cocina. Así que estaba encantado en RPK, ha sido una experiencia muy positiva», cuenta satisfecha su madre, Teresa Sierra. Para ella, lo mejor del programa de inclusión laboral es el seguimiento que ha tenido su hijo -que cuenta con certificado de discapacidad- durante estos tres meses. Su plan de capacitación profesional comprendía hitos como la gestión del tiempo, las relaciones en un ambiente laboral y la autonomía.

Doble aprendizaje

Además de la plantilla de RPK, gran parte del éxito en ese seguimiento es de Patxi Durán, el técnico de inserción laboral que ha acompañado a Óliver en esta etapa. «El proceso ha sido muy positivo sobre todo a nivel inclusivo, relacional y de apoyo natural por parte de los compañeros de RPK. Además, Óliver ha aprendido a realizar progresivamente, y de manera cada vez más autónoma, las diferentes tareas que se le iban asignando en el trimestre. Sin olvidar los derechos y obligaciones que tiene como trabajador de una empresa industrial», comenta Patxi.

Para Patxi también ha sido un aprendizaje, ya que esta era su primera experiencia como técnico de inserción laboral. Hasta ahora había trabajado con personas con discapacidad prestando apoyo en centros de atención diurna, actividades de ocio y tiempo libre o de vida independiente.

Patxi Durán, técnico de inserción laboral, acompañando a Óliver Riviriego en una jornada en RPK.

Futuro prometedor

Aunque no existía la posibilidad de que Óliver se quedara en un puesto fijo en la empresa, el equipo de RPK no quería que su trayectoria profesional sufriera un parón. «Nos pusimos en contacto con algunas empresas con las que colaboramos y logramos que entrara en un proceso en una de ellas», nos cuenta Nuria. Ella fue quien ayudó a Óliver a preparar la entrevista: «le propuse que practicáramos a modo de ‘role play’, siendo yo la entrevistadora. Pero a él resultaba complicado identificarme en ese papel. Así que le dije que se imaginara que estábamos en una de sus clases de teatro, y que yo estaba actuando. Ensayamos varias veces y pudo ir a la entrevista con las ideas claras». El ‘feedback’ de la entrevista fue muy positivo, por lo que Óliver comenzará en su nuevo puesto este verano: «desarrollará tareas muy parecidas a las que ha desempeñado en RPK», comenta Nuria.

Para ellos era fundamental que su nuevo puesto fuera en las mismas competencias que ha desarrollado en RPK para así dar continuidad a su formación y contribuir, mediante la inclusión laboral, a crear un modelo social y laboral en el que cualquier persona pueda participar en igualdad de condiciones y oportunidades.

¿Quién sabe? Quizá la estancia de Óliver en una nueva compañía este verano también sea merecedora de aparecer en nuestra sección de buenas prácticas. ¡Estaremos atentos a sus progresos!