Por qué las empresas deben desarrollar voluntariado corporativo
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Razones para desarrollar voluntariado corporativo

Razones para desarrollar voluntariado corporativo

La definición originaria de empresa -unidad de organización dedicada a actividades industriales, mercantiles o de prestación de servicios con fines lucrativos- se ha cargado de matices en los últimos años. Así, una organización ya no puede centrarse, únicamente, en la consecución de beneficio económico, sino que ha de apostar por un comportamiento responsable, si quiere ser sostenible en el tiempo.

La definición estricta del término empresa podría parecer antagónica con fórmulas en auge como el voluntariado. Sin embargo, nada más lejos de la realidad: las compañías que ponen en marcha acciones de voluntariado corporativo obtienen innumerables beneficios que expondremos en este artículo. El voluntariado corporativo puede definirse como el conjunto de acciones promovidas por una empresa, en las que sus empleados participan, de forma altruista, en actividades beneficiosas para la sociedad en su conjunto. Las iniciativas de voluntariado pueden ser de muy diversa índole: medioambiental, social, cultural, etc. Independientemente de ello, lo importante es el aporte de valor a la sociedad y a las personas que la conforman.

El año pasado, la Fundación Adecco desarrolló 177 acciones de voluntariado con 56 empresas. En ellas, 3.236 empleados se implicaron en actividades con 6.475 personas con discapacidad, consiguiendo un doble efecto; por un lado, las personas con discapacidad pudieron acercarse al mundo de la empresa y desarrollar habilidades claves para el empleo; por otro, los empleados voluntarios tuvieron la oportunidad de conocer de cerca la discapacidad, derribar barreras y estereotipos y generar la empatía necesaria para construir entornos proclives a la diversidad.

Esta experiencia ha permitido identificar innumerables razones por las que una empresa debe hacer voluntariado. Las resumimos a continuación.

  • Gracias al voluntariado, los empleados desarrollan habilidades clave para la empresa: servicio al cliente, liderazgo, capacidad para trabajo en equipo, empatía, tolerancia, innovación, etc.  Ello se traduce en un mayor rendimiento y, por ende, en mejores resultados.

 

  • El voluntariado no sólo mejora las habilidades de los trabajadores, sino que tiene un efecto importante en el orgullo de pertenencia: los empleados descubren afinidades comunes y agradecen trabajar en un lugar comprometido con las necesidades del entorno. Al mismo tiempo, incrementa su autoestima, generándoles un sentimiento de satisfacción por poder ayudar a los demás. Ello tiene una incidencia directa en la mejora del clima laboral.

 

  • El voluntariado es la mejor herramienta para implicar a los empleados en la estrategia de Responsabilidad Social Corporativa. Se sienten parte de ella, identificándose con los valores sociales de la compañía y convirtiéndose en los mejores embajadores de la marca.

 

  • Las acciones de voluntariado enriquecen la comunicación interna,  creando nuevas relaciones entre los empleados de diferentes departamentos, áreas y niveles de la organización.

 

  • Las acciones de voluntariado corporativo mejoran significativamente la imagen y reputación de la empresa, reforzando la lealtad externa hacia la marca.

 

Además, las actividades de voluntariado corporativo tienen un impacto altamente positivo para la sociedad en su conjunto:

  •  Logran un crecimiento exponencial, ampliando la masa de voluntarios disponibles.  Surgen nuevas personas dispuestas a colaborar con este tipo de causas (que antes no lo habían hecho, quizás, por no haber encontrado ocasión) y pueden difundir la experiencia en sus círculos sociales: trabajo, familia, amigos, etc.

 

  • Sensibiliza a trabajadores que, a priori, no tenían un especial interés por estas actividades, al tener una opción de vida más individualista. La experiencia de la Fundación Adecco ha constatado que hay un porcentaje importante de empleados que descubren su espíritu social gracias a que la empresa les brinda la oportunidad. Al  sensibilizarles, se generan cambios de conducta (por ejemplo, empiezan a considerar en mucho mayor grado el impacto social que tendrán sus decisiones).

 

  • Acorta la brecha social y económica entre personas de diferentes niveles socioeconómicos.

 

  • Se genera un nuevo canal entre la empresa, sus empleados y la sociedad, que se traduce en un mayor conocimiento de las necesidades sociales por parte de la organización, que podrá estar al día de lo que demanda su entorno, e implicarse con ello.

 

 

Irene Gil
irenegilromero@gmail.com

Periodista. Más de una década profundizando en la situación social y laboral de las personas en riesgo de exclusión.

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