El voluntariado tiene un fin muy claro, que es contribuir a una causa social, pero constituye también un medio para lograr otros muchos fines, como puede ser el acceso al mercado laboral de las personas en desempleo. Lo desglosamos en 10 razones:
- Haciendo voluntariado ampliamos nuestra red de contactos. Conocemos personas nuevas, muchas en nuestra situación, y otras que están trabajando y que deciden dedicar su tiempo libre a estas actividades solidarias. Estas personas pasan a formar parte de nuestra red de contactos –esencial hoy en día para la búsqueda de empleo- y a servirnos como enlace para acceder a empresas y/o nuevos proyectos profesionales.
- Con el voluntariado adquirimos nuevas competencias. Relacionadas con la comunicación, la resolución de conflictos, el trabajo en equipo, la planificación o la organización de proyectos. Estas habilidades tienen un impacto positivo en nuestra candidatura: nos desenvolveremos mejor en la entrevista de trabajo y encajaremos mejor en el proyecto empresarial si finalmente somos seleccionados.
- El voluntariado nos convierte en personas asertivas. Fortalece nuestra empatía –capacidad para ponernos en el lugar de los demás- , nos hace más abiertos a la diversidad del entorno y refuerza nuestra sensibilidad social. Todo ello nos dotará de recursos clave para conectar mejor con las empresas cuando presentemos nuestra candidatura, así como para entablar una relación fluida con nuestro interlocutor en las entrevistas de trabajo, adecuando nuestras respuestas a las demandas de la empresa.
- El voluntariado refuerza nuestra faceta “multitarea”. La versatilidad es una de las cualidades más demandas por las empresas en un mercado cada vez más competitivo. En otras palabras, las organizaciones valoran que sus empleados sean capaces de desempeñar diferentes funciones. El voluntariado nos prepara para ello, pues es una práctica polifacética per se, que a menudo nos exige asumir diferentes roles en una misma actividad.
- El voluntariado incrementa nuestra autoestima. Contribuir a una necesidad social y a mejorar el entorno hace que nos sintamos útiles, mejora nuestro estado de ánimo y nos enriquece a nivel personal. Ello contribuye a reforzar la actitud positiva y la confianza en nosotros mismos en la búsqueda de empleo.
- Podemos completar tiempos de inactividad en nuestra trayectoria profesional. La complicada coyuntura económica ha disparado el paro de larga duración, puesto que cada vez resulta más complicado encontrar trabajo de forma inmediata. Sin embargo, estas “lagunas” de inactividad siguen sin ser vistas con buenos ojos por los Departamentos de Recursos Humanos y pueden dar una imagen errónea de nosotros mismos. El voluntariado constituye una eficaz alternativa para completar estos espacios vacíos. Las empresas comprobarán que no nos hemos quedado parados, sino que nos hemos embarcado en proyectos de ayuda a los demás, en los que hemos aportado nuestras competencias.
- El voluntariado es valor para nuestro currículum. Además de completar espacios vacíos, el voluntariado presupone todas las habilidades que hemos mencionado en los puntos anteriores: capacidad para trabajar en equipo, versatilidad, compañerismo, interés, etc. Las podemos destacar como contenido extra, después de exponer nuestra experiencia profesional.
- En igualdad de condiciones, la empresa se decantará por quien realiza voluntariado. El voluntariado puede convertirse en un elemento determinante a la hora de seleccionar a un candidato. Ante aspirantes con la misma formación y similar experiencia, el reclutador valorará positivamente el voluntariado y podrá ser el factor decisivo para que uno de ellos sea el elegido.
- El voluntariado nos permite desconectar y mitiga el estrés. Cuando estamos en desempleo, especialmente si llevamos mucho tiempo sin trabajo, existe el riesgo de sentir frustración, incluso culpabilidad, a la hora de planificar nuestro tiempo de ocio. El voluntariado se convierte en el mejor antídoto: es una actividad gratuita que nos permite desconectar, escapar de la rutina diaria, reducir el estrés e incrementar nuestro bienestar emocional. Éste último es vital a la hora de encontrar empleo, constituyendo la piedra angular sobre la que ha de edificarse todo el proceso de búsqueda.
- El voluntariado nos predispone al reto y las empresas lo saben. Desde la Fundación Adecco hemos constatado que la mayoría de las personas que realizan por primera vez voluntariado, siempre quieren repetir, pues se genera en ellos un espíritu de superación y una predisposición a asumir nuevos retos. Este aspecto es muy interesante para la empresa: ser voluntario denota que no tememos aceptar desafíos y que estamos en permanente búsqueda de la mejora continua.