Cómo superar miedos y barreras en la búsqueda de empleo

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El proceso de encontrar trabajo puede resultar extenuante para muchas personas, aflorando miedos, inseguridades. Una situación que se agudiza en el caso de parados de larga duración o de personas en riesgo de exclusión social en este entorno de incertidumbre. Laura Varó, consultora de la Fundación Adecco, así lo detecta en muchos de los candidatos: “Es habitual que acudan con la autoestima baja, mostrando poco crédito en sí mismos y cierta desconfianza hacia los procesos de selección”. Todo esto es fruto de la preocupación y la ansiedad que genera el desempleo, pero hay formas de enfrentar la situación y superar esas barreras:

Pedir ayuda

Desahogarse y hablar con otras personas ayuda a evadirse, a sentirse acompañado y mejorar el estado de ánimo. Las visiones de otras personas pueden servir de guía para buscar soluciones. No hay que tener miedo a pedir ayuda; nunca se sabe dónde puede haber un empleo.

Reformular la situación

En una espiral de miedo y frustración es normal que aparezcan pensamientos negativos que no dejen ver más allá. Sustituir un “es imposible encontrar nada” a “es verdad que llevo mucho tiempo en el paro, pero hay cosas que aún no he intentado” puede ser el comienzo del cambio.

Descartar excusas

Quedarse en el pretexto dificulta dar el paso para pasar a la acción. Aunque muchas excusas llevan consigo una gran dosis de realidad, se quedan en evasivas para no salir de ese círculo vicioso. Entrar en ese bucle no permite avanzar. Hay que mostrar el talento (y la diferencia) a las empresas.

Frenar pensamientos negativos

¿Cómo? Cambiando de tarea: dando un paseo, llamando a un amigo, poniendo música, cocinando… Al principio cuesta, pero la mente se acostumbra y, poco a poco, dejará de prestar atención a esas ideas pesimistas.

Revisar fortalezas (y creérselas)

Las situaciones de desempleo pueden resentir la autoestima. Por eso es importante recordarnos a nosotros mismos nuestras fortalezas y aptitudes. Enumerar en un papel las cualidades y logros es un buen recurso para creer en ellos. Además, puede ser de gran utilidad durante una entrevista de trabajo.

Exprimir hobbies

Dedicar tiempo a todas aquellas actividades que provocan satisfacción, ya que mejoran la autoestima para afrontar con más ilusión y optimismo la búsqueda de empleo. Cualquier actividad física también puede resultar de ayuda porque libera endorfinas y mejora el estado de ánimo.

Pulir actitudes y habilidades blandas

Junto a los conocimientos técnicos o capacidades intelectuales, las llamadas “soft skills” o habilidades blandas juegan un papel muy importante. La actitud positiva durante la búsqueda permite aflorar valores como interés, creatividad, esfuerzo, dedicación, que cada vez son más valorados por las empresas.

Ser flexibles

El mercado laboral cambia a gran velocidad y es importante saber adaptarse. Puede darse el caso de no encontrar el empleo ideal al primer intento, pero siempre bajo el convencimiento de que todos los trabajos nos dejan un aprendizaje y son una oportunidad de crecimiento profesional. Además, cuando entramos en la “rueda laboral”, las oportunidades empiezan a surgir de forma natural.

Conocer e investigar el mercado laboral

Los miedos suelen aparecer ante situaciones desconocidas. Es por ello que cuanto más sepamos sobre el mercado laboral y el tipo de puesto al que estamos optando, más posibilidades tendremos de que el temor se disipe. ¿Sabes qué sectores tiran del empleo? ¿Conoces las competencias y requisitos que se demandan para el tipo de trabajo que te interesan? Estar al tanto de todo ello te permitirá afinar mejor la búsqueda de empleo y enfrentarte con mayor seguridad y confianza a la misma. Además, es importante que conozcas las últimas tendencias en búsqueda de empleo.

Trabajando estos comportamientos, la búsqueda de trabajo será una tarea más sencilla y los miedos empezarán a desaparecer. Una vez te sientas seguro y con la fortaleza suficiente para abordar la búsqueda de empleo, es importante diseñar una estrategia y prestar atención a los siguientes aspectos:

Planificar: tener una rutina de búsqueda

Marcar hábitos, horarios y tareas, y hacer un seguimiento de cada paso de la búsqueda de empleo ayuda a encontrar equilibro y estabilidad. Buscar trabajo es un empleo en sí mismo y es importante establecer hábito diario y marcar pautas de búsqueda.

Trabajar y ampliar la red de contactos

¿Sabías que el 80% de las ofertas de empleo no llegan a publicarse porque se cubren a través de contactos y/o conocidos de referencia de la empresa? Por eso es importante que hagas saber entre antiguos compañeros de trabajo, familiares, amigos que estás buscando trabajo. Cuantas más personas del entorno estén al tanto, más opciones habrá de que surja alguna oportunidad. Además de los contactos que ya tienes, es importante tratar de ampliar el círculo asistiendo a foros, jornadas, desayunos de trabajo (virtuales o presenciales). No hay que perder de vista que, en esta era tecnológica, las redes sociales facilitan esta tarea.

Formación y más formación

La época de estudiar y encontrar un trabajo para toda la vida ha llegado a su fin. Cualquier persona en activo debe estar en continua formación si quiere mantener su cualificación a lo largo de su vida profesional. Herramientas digitales e idiomas son indispensables en muchas ofertas, pero cada sector tiene sus disciplinas y áreas formativas concretas, en las que hay que actualizarse de forma permanente.

En definitiva, tener una actitud proactiva y tomarse la búsqueda de empleo como un proyecto personal son elementos clave para encontrar una salida al desempleo. “Aunque suene a tópico, mi consejo para las personas en esta situación es que no se rindan. Tienen todo el derecho a estar abatidos en algún momento, a desahogarse, pero esos sentimientos no deberían ocupar toda una jornada. La vida es un aprendizaje constante, a base de caerse y levantarse. En vez de desanimarse y tirar la toalla, hay que plantearse y convencerse de que es posible”, concluye la consultora de la Fundación.  

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