Si eres de los que te gusta escuchar música en cualquier momento, seguramente te identifiques con algunas de las siguientes cualidades:
- Cuando escuchamos música, buscamos equilibrar nuestro estado emocional. En la empresa, esta habilidad te ayudará a ser más asertivo, es decir, sabrás expresar tu opinión y entender la de los demás sin ser excesivamente agresivo o pasivo.
- Imaginación. La música nos estimula emocionalmente y nos permite desarrollar nuestra imaginación. Aplicada a tu puesto de trabajo, esta cualidad te ayudará a ser más creativo en tus funciones.
- Sensibilidad: Destacas por tu facultad para saber percibir sensaciones y estímulos por todos tus sentidos. En la empresa, podrás transformar esta sensibilidad en empatía, humanidad y gestión del conflicto.
Y si además tocas algún instrumento, deberías sumar las siguientes competencias:
- Afán de superación: los músicos nunca se quedan estancos, sino que buscan superarse diariamente. Aplicado al trabajo, no te conformarás con lo mismo: siempre te esforzarás por mejorar.
- La música es creación y, si tocas algún instrumento, tendrás habilidad especial para crear y no conformarte con lo de siempre.
- Concentración. Tocar un instrumento exige altas dosis de concentración, focalizar toda la atención en la tarea. Aplicado a la empresa, te centrarás en tus funciones, sin perder el tiempo y optimizando tu rendimiento.
- Disciplina. La música exige disciplina: cumplir con una preparación muy exigente en horarios determinados. En la empresa, sabrás adaptarte a las normas, cumpliendo siempre los plazos establecidos.
- Metodicidad. Los músicos acaban desarrollando una técnica en su ejecución que les facilita aspirar a la excelencia. Aplicado a la empresa, serás una persona metódica: buscarás procedimientos que faciliten tu trabajo, incrementando tu productividad y buscando siempre la excelencia.
- Pasión. La música no es sólo procedimiento también es pasión: una pasión que marca la diferencia. Aplicada a la empresa, pondrás entusiasmo e ilusión en todo lo que haces, enfocándote en los detalles. El resultado de tu trabajo será siempre un mayor valor añadido.
- Perseverancia. Muy relacionado con lo anterior, tocar un instrumento exige mucho empeño y dedicación, que sabrás aplicar a las tareas en la empresa.
- Templanza. Tocar un instrumento exige mucha práctica, entrenamiento y ensayos. Si es tu caso, eres una persona que sabe que esperar y en la empresa no te precipitarás, esperando siempre al momento idóneo para tomar decisiones