El gusto por la fotografía es cada vez mayor en tiempos en los que triunfa Instagram, en los que nuestro móvil atesora cientos, si no miles, de instantáneas de nuestro día a día y en los que ya no concebimos una reunión social o evento sin inmortalizar momentos que consideramos únicos. Si eres de los que lleva esta afición un poco más allá y de los que no se conforma con el móvil y tiene o quisiera tener una cámara profesional, quizás te identifiques con estas cualidades:
- Curiosidad. El gusto por la fotografía te permite “ver lo que otros nos ven” y estar en continua búsqueda de nuevas perspectivas. En la empresa, esta cualidad te servirá para buscar siempre nuevos puntos de vista y optimizar la forma de hacer las cosas.
- Creatividad. Los fotógrafos son, por definición, personas creativas, que siempre están en busca de nuevos ángulos, expresiones y formas de retratar la realidad. En la empresa, esta cualidad te impulsará a crear constantemente y a no quedarte nunca de brazos cruzados.
- Imaginación. Es una cualidad muy presente en todo fotógrafo, que en la empresa te permitirá dotar de un valor añadido y original a tu trabajo.
- Los fotógrafos acostumbran a ser inquietos: siempre buscan pretextos para captar realidades nuevas. Aplicado a la empresa, serás capaz de afrontar nuevos retos y disfrutarás de la experiencia.
- Pasión: La fotografía no es sólo apretar un disparador, también es pasión: una pasión que marca la diferencia. Aplicada a la empresa, pondrás entusiasmo e ilusión en todo lo que haces, enfocándote en los detalles. El resultado de tu trabajo será siempre un mayor valor añadido.
- Perseverancia. Muy ligado con lo anterior, la fotografía es insistir: es colocar a un bebé de mil maneras hasta que logramos hacerle reír o le pillamos dormido. En la empresa, esta perseverancia te llevará a no rendirte y a esforzarte por alcanzar tus objetivos.
- Templanza La fotografía exige altas dosis de paciencia. Un buen fotógrafo sabe esperar despierto hasta las 5 de la mañana para capturar el momento cúspide de un amanecer y volver a hacerlo al día siguiente si no ha quedado satisfecho con la instantánea del día anterior. En la empresa también sabrás esperar al momento idóneo, no te precipitarás y serás consciente de que todo se consigue con esfuerzo.
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