Por @raqueldfa
Me presento con palabras muy sencillas: apasionada, positiva y, sobre todo, muy afortunada, algo que no se tiene, sino que se siente.
¿Por qué me siento así? Si bien mi personalidad se gestó, como la de todo el mundo, desde el día en que nací, tengo que reconocer que en mi caso hay una circunstancia que la marcó por completo… Fue hace ya 30 años: yo tan sólo tenía 9.
Corría el año 1985 y fue cuando empezaron las molestias. Después de muchas pruebas, el médico me diagnosticó una Osteopatía Idiopática (así llaman en Medicina a lo que no encuentran explicación), que al poco tiempo se transformó en una Artorescapulectomía Bilateral (vaya nombre, ¿verdad?).
Para los profanos, este término viene a decir que mis escápulas (omóplatos) se van desintegrando
poco a poco, lo que provoca, literalmente, que tengan que atornillártelos para que
se mantengan sujetos a mis hombros con placas y tornillos,
una amputación residual de ambas escápulas y una osteoporosis severa que desintegra toda la cintura escapular de ambos brazos. Sumándole a todo ella de desaparición de la musculatura del tren superior. En últimas una discapacidad degenerativa que, de momento, me ha costado 23 operaciones…
Pues bien, esta circunstancia aparentemente trágica, ha sido mi regalo de vida. ¿Paradoja? No lo sé, quizás. Sinceramente no sé cómo hubiera sido mi vida si nunca me hubieran diagnosticado esta enfermedad, lo que sí sé es que un día decidí abrir los ojos a la belleza que nos rodea, quedarme con la parte bonita de la vida y desechar lo negativo (a pesar de que en esta sociedad a veces es difícil).
Todas las personas, independientemente de haber pasado por episodios como el mío, o no, tenemos que enfrentarnos a continuos cambios, algunos son buenos y otros no lo son tanto. Pero si hay algo que he aprendido, es que la resiliencia nos ayuda a superarlos. Otra vez una palabra rara, que viene a definir nuestra capacidad para sobreponernos a periodos difíciles o afrontar situaciones adversas. Ante toda crisis hay 2 caminos: derrumbarse o salir adelante. Está en nosotros, y sólo en nosotros, decidir qué senda tomamos. Yo decidí tomar la segunda ruta y convertirla en mi filosofía de vida. Y he podido comprobar que es la única alternativa para ser feliz.
Para mí la resiliencia no es más que fijarme en qué puedo hacer para mejorar y conseguir, sin darle protagonismo al “no puedo” o al “ya no tengo”. Con esta pequeña formula, aderezada con constancia, pasión e ilusión por lo que hacemos y soñamos, ya no hay NADA que no podamos conseguir.
En mi caso, apostar por el deporte fue la llave que me abrió un nuevo mundo, en el que cada entrenamiento, reto y competición iba mostrándome de lo que era capaz, más allá de mis limitaciones (qué poco me gusta esta palabra). El deporte me enseñó a aprender, a esforzarme, a admirar y respetar a los mejores, y a sólo ver en ello las ganas de dar lo mejor de mí.
He tenido algún reconocimiento deportivo, aunque muy alejados de mis admirados Teresa Perales o Ricardo Ten, y tantos más grandísimos paralímpicos españoles.
En mi caso, he sido siete veces campeona de España en los 50m mariposa, seis veces en los 200m estilos, campeona de Andalucía en marcha, tres veces campeona en los 100m y 200m lisos. Soy una de las pocas mujeres con discapacidad en correr maratón y ultra-distancia y ahora estoy inmersa en el triatlón, siendo ya campeona de Andalucía.
Entre este crecimiento personal y deportivo llegó la Fundación Adecco a mi vida, llamó a mi puerta, creyó y apostó por mis capacidades de comunicadora. Fue entonces cuando comenzamos el proyecto, Vivir Superando Limites, en el que hemos evolucionado durante ya casi 7 años, recorriendo la geografía española y visitando todo tipo de empresas para hacerles olvidar prejuicios y estereotipos. Hemos logrado abrir una vía de comunicación entre empresas y personas, guiando de una forma muy especial el verdadero camino hacia la diversidad.
Algo que la Fundación Adecco sabe bien hacer y la prueba es que han cumplido recientemente 15 años de trayectoria, trabajando para la inclusión de aquellas personas que más difícil lo tienen.
Aún queda mucho por conseguir pero, sin duda, las empresas van viendo en la diversidad una fuente de éxito en la aportación que pueden dar las personas con discapacidad: su talento, capacidad de sacrificio, dosis extra de motivación y auto exigencia, que beneficia sin duda a los Recursos Humanos de cualquier compañía.
Hoy en día tengo la suerte de participar en una nueva iniciativa denominada Ability School Day, donde llevamos el deporte adaptado a los colegios, de la mano de EADS, lo que nos ha permitido formar a las futuras generaciones en el valor de la discapacidad. Hemos visitado ciudades como Cádiz, Sevilla, Madrid y Toledo. Un proyecto sin duda es clave para que, desde las edades más tempranas, la sociedad cambie y adquiera un conocimiento normalizado sobre la verdadera capacidad de todas las personas.
Como nuevo reto, quiero y espero seguir poniendo mi granito de arena en estos proyectos y otros que ponga en marcha la Fundación Adecco. Con ese sello inconfundible que están demostrando con honestidad, profesionalidad y el trabajo bien hecho.
Por mi parte, deseo seguir mejorando como profesional del doblaje y trabajar deportivamente para intentar hacer un “Half –Ironman[i]” (me encanta meterme en todos los charcos deportivos).
Acompáñame en estos nuevos retos y colabora con una gestión responsable de los RRHH, lleva testimonios de valor a tu empresa y complementa tus políticas con una correcta gestión del talento. Todos tenemos una oportunidad de demostrar lo que mejor sabemos hacer.
*Si quieres conocer más sobre nuestros portavoces, planes de diversidad para empresas y gestión de programas de RSE en el área de los recursos humanos visita, www.fundacionadecco.es o contáctanos:
- Medidas alternativas/RSE: fundacion.adecco@adecco.com
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[i] Prueba deportiva de alta competición catalogada como la más dura en el mundo que consiste en realizar: 1,9 km de natación, 90 km de ciclismo, y 21.1 km de atletismo. La suma de estas distancias son 113 km.