La chilena Caterina Moretti, más conocida como “La Cate” en redes sociales donde ha creado una comunidad de casi 40.000 personas, es comunicadora profesional y uno de los rostros en la lucha por la visibilización de las personas con discapacidad y, en especial, con síndrome de Down. Locutora profesional por la Escuela de Locutores de Chile, Cate busca desterrar los prejuicios y estereotipos que lastran la inclusión sociolaboral de las personas con discapacidad a través de sus canales donde promueve la diversidad y el valor de la diferencia desde el humor y la simpatía. Cate, que recientemente se ha trasladado a España junto a su familia, es ejemplo de que el talento no entiende de prejuicios o etiquetas si uno está seguro de sí mismo y cuenta con un entorno que le acompañe y apoye.
¿Cómo fue tu infancia? ¿En algún momento sentiste que trataban de manera diferente por tener síndrome de Down?
Mi infancia fue buena porque creyeron en mí desde el principio y no en mi diagnóstico. Tuve la suerte de entrar a un colegio inclusivo donde los brazos estaban abiertos a aprender que lo diferente no es un problema, sino que se trata de un valor. Un valor que nos enriquece como sociedad. La verdad es que nunca me sentí discriminada, ni en la escuela ni los años posteriores. Creo que es más la sociedad la que nos lo impone.
«Para mí tener un empleo significa más independencia, más compromiso, desafío personal, responsabilidad, escuchar al otro y acoplarse con la rutina»
Háblanos de tu carrera profesional. Antes de trasladarte a España, ¿a qué te dedicabas en Chile?
En Chile me dedicaba a la comunicación en general. Estudié locución en la Escuela de Locutores donde tuve el privilegio de entrevistar a la primera dama de Chile, Cecilia Morell, con motivo de mi proyecto final. Y además soy influencer.
En el último año estuve trabajando en Adecco Chile dando charlas motivacionales para empresas que estaban dispuestas a abrirse a la inclusión y creer en el talento de las personas por encima de cualquier etiqueta.
¿Qué significa para ti tener un empleo?
Para mí tener un empleo significa más independencia, más compromiso, desafío personal, responsabilidad, escuchar al otro y acoplarse con la rutina. Cuando vivía en Chile mis días empezaban siempre a las seis de la mañana.
¿Qué te ha aportado tu experiencia en Adecco Chile?
Impartir jornadas en empresas me ha aportado experiencia y ganas de centrarme más en cómo motivar a la gente y hacerles ver que el ser diferente es un valor. La experiencia laboral en Adecco Chile me enseñó a afrontar desafíos, movilizarme sola y acercarme a personas influyentes como la ministra de la Mujer y la Equidad de Género de Chile.
Además de haber trabajado en Adecco Chile como embajadora en Diversidad y de ser influencer y creadora de contenido, eres locutora de radio, ¿crees que la formación es importante para conseguir un trabajo?
La formación siempre es importante, al igual que la responsabilidad de cada uno. En mi opinión, el derecho a trabajar no debería estar condicionado por nada. Mostrarse disponible y acoplarse con las necesidades del trabajo son clave.
«Nos queda mucho camino todavía: visibilizar la inclusión sigue siendo una tarea pendiente»
El número de personas con discapacidad que tiene un empleo o lo está buscando sigue siendo muy bajo. ¿Por qué crees que esto ocurre? ¿Pesan más las barreras que se autoimponen las propias personas con discapacidad o las que existen en la sociedad?
Personalmente creo que ocurre sencillamente por el miedo que todavía rodea a la discapacidad, la falta de conocimiento y la sobreprotección que reciben algunas personas con discapacidad. A esto se añade que la gente no está acostumbrada a convivir con personas con discapacidad y eso es porque no han existido más escuelas inclusivas.
¿Cómo ves el futuro laboral de las personas con discapacidad?
Todos tenemos el derecho a trabajar, más allá de tener cierta condición o no. Aunque falta mucho, la cultura está cambiando y tengo fe de que mejore para todos.
Personalmente creo que aquí en España la gente está más sensibilizada y más formada que en Chile, también porque está más expuesta a la discapacidad. Se ve a personas con discapacidad caminando por la calle. Aun así, nos queda mucho camino todavía. Visibilizar la inclusión sigue siendo una tarea pendiente.
«Las personas somos valiosas por ser no por hacer, ni tampoco por tener como dice siempre Pablo Pineda»
Todavía hay muchas personas que asocian la discapacidad con el hecho de no ser válido como profesional. ¿Qué le dirías a aquellas personas que piensan así?
Las personas somos valiosas por ser no por hacer, ni tampoco por tener como dice siempre Pablo Pineda: “Yo soy Pablo Pineda y tengo síndrome de Down, no soy síndrome de Down”. Tenemos nombres y apellidos. Todos somos valiosos y servimos para algo.
Si estás en una entrevista de trabajo y te preguntan por el síndrome de Down, ¿cómo lo explicarías?
Lo explicaría con todas sus letras. Es una condición, no una enfermedad ni un problema. Todos somos personas y como cualquiera tenemos nuestros puntos fuertes y nuestros puntos débiles, pero sobre todo les diría que no le tengan miedo.
«Los retos nos ayudan a mejorar y nos empujan a dar más»
¿Qué le recomendarías a una persona con síndrome de Down u otra discapacidad que sienta que la sociedad le discrimina y no se atreva a buscar empleo?
A aquellas personas con discapacidad que no se atrevan a buscar un empleo les diría que se acepten como son, con su condición, y que pongan en valor su diferencia.
¿Recuerdas algún reto o situación difícil que hayas vivido de la que ahora estés orgullosa?
Recuerdo bastantes momentos, pero hay dos que me vienen en seguida a la mente. El primero es de cuando estudiaba locución en la Escuela de Locutores; tenía que aprenderme un texto de memoria de Polifemo y Galatea que no tenía ningún sentido, pero que logré aprender. Otra situación difícil fue cuando creaba contenido en un programa de radio de la escuela, llamado INAP. Fueron 16 capítulos que tuve que armar con todo un equipo de trabajo. Fue muy desafiante. Con esa experiencia logré aprender mucho y pasar de asignatura. También recuerdo, como he mencionado antes, cuando entrevisté a la primera dama de Chile. Fue un cara a cara, parte del proyecto final del curso de locución, y sin duda fue un auténtico reto. Los retos nos ayudan a mejorar y nos empujan a dar más.
¿Cuáles son tus ambiciones profesionales? ¿Dónde te ves en cinco años?
Tengo muchas ambiciones. Me gustaría seguir dando charlas para derribar prejuicios, trabajar eventualmente en un programa de televisión como, por ejemplo, en un matinal… ¡Me encantan las cámaras! Y quizá ser influencer de alguna marca o empresa, o maestra de ceremonias.
En cinco años me veo viajando por el mundo y haciendo lo que más me gusta: comunicar.
¿Un deseo para el 2021?
Lo único que deseo es que llegue la vacuna del coronavirus para poder vacunarme y que dejen de sufrir muchas personas. Y poder reencontrarme con las amistades que he hecho por Instagram aquí en España como Marian Avila o Patri Fashion.