En muchos ámbitos de la vida llega un momento en el que resulta definitivo tener una estrategia, una organización y un plan de trabajo para llegar cumplir un objetivo propuesto. La búsqueda de empleo es uno de ellos y sin disciplina y persistencia, será cada día más difícil lograr ese sueño.
Las técnicas de organización difieren ampliamente unas de otras, se entremezclan con el carácter y la forma de ser de cada uno. Sin embargo, lo más importante es saber que nos preparamos para ello, como si de una prueba atlética se tratara. El deporte en este caso es el mejor aliado, no sólo por sus valores de superación, perseverancia o autodisciplina, sino porque será la herramienta fundamental para organizar tus ideas, liberar la carga emocional y emprender tareas con la energía y concentración necesaria.
Para buscar trabajo hay que hacer deporte.
Numerosas Webs sobre la búsqueda de empleo señalan, que para encontrar trabajo hay que dedicar tiempo, y hacerlo todos los días; estar atentos a las ofertas y nuevas oportunidades en curso. Sin embargo, ninguna de ellas apunta sobre cómo preparar el cuerpo y la mente para sacar adelante las no pocas tareas que se mencionan, entre otras: Registro en portales de empleo, re-configuración del perfil laboral, actualización de currículos, adecuación de la presencia en redes sociales, interacción en grupos especializados de tu sector laboral, participación en foros y conferencias; y un interminable dossier de “ejercicios” que debe estar acompañados por la estrategia para rastrear las ofertas laborales on-line y aquellas off-line que puedan aproximarse con amigos y nuevos contactos.
Ante tal magnitud de labores y una dedicación exclusiva a la consecución de empleo, lo más recomendable es acompañar estas labores, no únicamente con una organización estricta, sino con un horario establecido para hacer ejercicio. ¡Y muy bien hecho!
La actividad física será fundamental para desarrollar capacidades que antes desconocíamos. Un horario claro de entrenamiento y descanso, proporcionará, además de un buen estado físico; claridad y una mejora en la capacidad mental para emprender nuevos retos y proyectos.
El deporte, dejando de lado sus beneficios saludables, es la herramienta ideal para reforzar la autoestima. Un valor que suele decaer aun más ante las dificultades actuales del mercado laboral. Pero no sólo ello, ya que desde tiempos remotos pasando por los griegos, el culto al cuerpo dejaba en claro la necesidad de construir, cuerpo y mente en equilibro.
La sociedad actual con sus modelos de consumismo y facilidades tecnológicas, empuja a las personas sobre la comodidad de un sillón, donde al final de cuentas, se termina por debilitar la mente, encandelillada por una caja luminosa que nos dice todo lo que deberíamos hacer y no hacemos, por estar ahí soldados enfrente a ella.
El movimiento corporal, estimulará todas nuestras funciones, despertando ideas, creatividad, y estimulará la capacidad mental para aprender y retener nuevos conocimientos.
La complejidad de este nuevo comportamiento, radica en que numerosas personas desisten de practicar deporte luego de algunas semanas, regresando a la comodidad del sofá. Un propósito claro que necesita de perseverancia; el más indicado para combatir uno aún más grave, el sedentarismo mental.
Renovar las capacidades personales y la competitividad personal, serán pilares básicos para construir esa búsqueda de empleo sin desanimar en el primer esfuerzo.
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