Hace unas semanas Scope, la ONG británica más implicada con la normalización de la discapacidad, lanzaba la campaña End The Awkward usando el sentido del humor como arma para sensibilizar a los trabajadores sobre como tener el primer contacto con un nuevo compañero que tiene una discapacidad.
La llegada a una compañía de una persona con discapacidad puede implicar, a veces, situaciones incómodas. La persona con discapacidad tiene la llave para desencallar con habilidad ese momento.
Solemos hacer hincapié en que los empleados deben empatizar con aquellas personas que tienen una discapacidad para lograr su integración en el ámbito laboral. Pero es óptimo, que en situaciones como la incorporación a un nuevo puesto de trabajo, la persona con discapacidad pueda anticiparse a las dudas de sus nuevos compañeros o situaciones que puedan incomodar a ambas partes.
Y si además, incorporas el sentido del humor, puede ser clave para demostrar que la discapacidad no supone ningún obstáculo para la integración profesional. Resulta positivo y constructivo para evidenciar que no existe ningún complejo.
El sentido del humor es el signo definitivo de que la discapacidad ya ha sido normalizada. El humor, además, sirve para salir del paso en cualquier situación incómoda en la que nos podamos encontrar con naturalidad.
¿Y en qué se traduce el sentido del humor? Pueden ser anécdotas, vivencias, momentos cómicos que todos tenemos y consejos que harán entender a los nuevos compañeros que esa situación no es la primera vez que sucede, y que tú, entiendes sus dudas. O algo tan sencillo, como una sonrisa.
Para la normalización de la discapacidad es necesario romper ciertas barreras que aún hoy siguen vigentes. Una encuesta británica afirma que mucha gente no sabe como aproximarse a una persona con discapacidad, por miedo a equivocarse. Y no se trata de una cuestión de no aceptación de la discapacidad. Se trata de superar una primera barrera, y para ello, es fundamental el papel de la persona con discapacidad.
