Tienes un curriculum ordenado, estructurado, fresco, claro, directo y que impacta, pero…. ainsss los tiempos muertos.
Tres, cinco, ocho años de desempleo y un agujero inmenso en el curriculum, que suele quedarse en la trastienda. Nuestra moral baja y nos invade la sensación de que no hay energía para subir escalones tan empinados. Está claro que las experiencias profesionales se van a tener en cuenta en los procesos de selección, pero los reclutadores buscan, además, actitudes, habilidades y competencias: esas son las que debemos poner en valor.
Veámoslo con un ejemplo práctico:
Ángel llegó a nuestra primera entrevista con el convencimiento de que su curriculum era basura y que no llegaría a trabajar más de camarero, su vocación. Ocho años de sequía goleadora, según él.
Ocho años sin trabajar, ¿seguro?
Realmente, Ángel no estuvo sin hacer nada esos ocho años. La primera parte de ese desempleo estuvo cuidando de sus padres, incluso asegurado bajo la ley de la Dependencia. Actividad que no aparece ni tenía la intención de anotar en su curriculum. Pero ¡¡Vaya!! la de actitudes, habilidades y competencias que podríamos sacar de aquí. Con lo que ya podríamos quitarnos de un plumazo cinco años de ese vacío en el curriculum:
- Atención a personas dependientes. 5 años. 2010-2015
Funciones: …………………
Resulta, además, que después de la muerte de sus padres, Ángel, con unas condiciones económicas muy precarias, se dedica a buscar chatarra para comer a diario. Sin él saberlo, planifica, organiza y gestiona la búsqueda de objetos desechables, ¡¡Vayaaa!! Los pasos necesarios para crear una ¡¡estrategia!! Y además ¡¡por cuenta propia!! Con lo que podríamos transformar ese vacío de la siguiente manera”:
- Recogida y separación de materiales para el reciclaje. 3 años. 2015-2018
Funciones: ………………….
Vacío eliminado, curriculum actualizado con éxito y en nuestro interior la sensación que mirar no es lo mismo que observar, ya que cuando observamos nos damos VALOR.
Ya hemos solucionado el vacío del pasado. Ahora vamos a pensar en el futuro.
Si estamos ante un mercado en constante cambio y los contratos tienen una duración determinada, más bien tirando a corta, la idea es anticiparnos a posibles tiempos muertos que se avecinan. En este sentido, hay que tener muy presente algunas recomendaciones:
- Aunque estés trabajando, repasa los portales de empleo, al menos dos veces por semana, (al principio y al final de la misma).
- Envía tu curriculum por otros cauces, como por ejemplo a través de autocandidaturas (a los empleadores les encantan las autocandidaturas). Cómo redactar un mail de autocandidatura.
- Busca actividades que puedan cubrir los periodos de inactividad, como por ejemplo voluntariados, que sacan a la luz tu proactividad y altruismo.
- Formación. El análisis de las ofertas de empleo nos da información de todo aquello que supone una tendencia y una ventaja competitiva. Un ejemplo, ¿Has trabajado en cocinas? ¿Eres cocinero/a? ¿Conoces las tendencias de tu sector? ¿Qué sabes de la cocina para intolerantes a la lactosa, al gluten, etc. etc.? ¿No crees que formarte en esa forma de cocinar sería una buena opción para entrar en el mercado con una ventaja competitiva?
Recuerda que:
“Incluso la gente que afirma que no podemos hacer nada para cambiar nuestro destino, mira antes de cruzar la calle”- Stephen Hawking
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