Tras décadas de experiencia como guarnecedor de calzado y varias idas venidas desde su país natal, Ecuador, Galo Bejarano sigue buscando un empleo estable a los 71 años. No siempre es fácil, pero confía en la experiencia como atributo clave para conectar con las ofertas de empleo.
¿Cuál es tu situación laboral en la actualidad?
Llevo trabajando en Limpiezas Santa Isabel un mes y medio. Empecé el verano pasado cubriendo dos sustituciones de 15 días cada una. Para mí fue una oportunidad porque hasta ese momento había tenido mucha dificultad para encontrar empleo. Quise esforzarme para tener la posibilidad de que contaran conmigo en más ocasiones, y estoy muy contento porque así ha sido. La empresa me ha transmitido que están contentos conmigo, así como los vecinos y el presidente de la comunidad. Ayudo todo lo que puedo.
Una vez termine este contrato, ¿volverás a la búsqueda activa de empleo?
Sí, volveré a la búsqueda de empleo y aunque siento que por mi edad tendré pocas oportunidades, sé que en Fundación Adecco me ayudarán.
«No pienso en trabajos ideales: toda oportunidad que me ofrezcan la aprovecharé al máximo»
¿Cuál sería tu trabajo ideal ahora mismo?
En este momento he llegado a un punto en el que no pienso en trabajos ideales. Tengo claro que toda aquella oportunidad que me ofrezcan la aprovecharé al máximo y me esforzaré por adaptarme aportando lo mejor de mí.
Si me pongo a pensar en un trabajo ideal estaría relacionado con la profesión de toda mi vida: guarnecedor de calzado en pequeños talleres. Es lo que más me gusta.
¿Cuál ha sido tu trayectoria laboral hasta ahora?
Empecé a trabajar como guarnecedor de calzado a los 17 años siendo aprendiz. Con los años pude tener mi propio taller de calzado y es a lo que me dediqué durante 30 años. Por motivos familiares decidí trasladarme a España y para ello tuve que cerrar mi taller, quedándose en Ecuador mis dos máquinas…y tantos recuerdos.
Así, desde el año 2003, comencé a buscar trabajo en España. En aquel momento yo tenía 50 años y pude dedicarme al reparto de mercancía y cuidado de personas mayores, a pesar de que no lo había hecho anteriormente. Puse mi mejor actitud y fui capaz de adaptarme a cada trabajo y tarea que me encomendaban.
En 2012 volví a Ecuador por motivos personales y pasé allí otros 10 años durante los que pude trabajar como conductor de ruta escolar. Tuve que finalizar esa actividad porque me robaron el vehículo. Al final tuve que tomar la determinación de volver a España para, de nuevo, intentar salir adelante.
¿Cómo resultó ese regreso?
Llegué a España en febrero de 2022, sin recursos ni ningún tipo de apoyo y comencé mi búsqueda de empleo. Tenía 68 años y empecé a darme cuenta de que eso ya era una gran dificultad para encontrarlo. No conseguía ninguna entrevista, nadie me llamaba y me sentí desamparado.
En 2022 conocí la Fundación Adecco y a mi consultor Jesús y con él pude organizar de otra manera la forma en la que buscaba trabajo. Me ayudó y aprendí a hacer el currículum, a enviarlo a través del teléfono móvil y me orientó para superar las entrevistas. No fue fácil, pero en septiembre de ese año ya conseguí una primera oportunidad como controlador de accesos. Posteriormente continuamos con la búsqueda de empleo hasta que pude trabajar todo el verano de 2023 como peón de limpieza viaria. Y esto nos lleva hasta este último verano donde trabajé de conserje y ahora han querido volver a contar conmigo.
«La vida es un aprendizaje continuo»
A tus 71 años, sigues siendo una persona activa. ¿Cuáles crees que son tus mayores fortalezas? ¿Qué valores aporta la experiencia?
Entre mis fortalezas creo que está ser capaz de adaptarme a las exigencias de mis responsables y demostrar que soy capaz de hacerlo. Pongo mi mejor actitud y toda la voluntad para sacar el trabajo adelante.
De mi experiencia vital extraigo mucha fortaleza para demostrar que soy capaz y para seguir adelante a pesar de las circunstancias. No me dan miedo los cambios y siempre trato de aprender.
En cuanto a la experiencia creo que aporta seguridad en uno mismo. Además de un grado muy alto de compromiso, implicación y honestidad. Esto último muy importante porque también permite que las personas confíen en ti.
En general, ¿qué cualidades crees que aportáis las personas sénior a las empresas?
Creo que las principales serían la honradez, disciplina y la experiencia de toda una trayectoria laboral. La vida es un aprendizaje continuo. Llegados a cierta edad creo que ese aprendizaje y el crecimiento personal y profesional aportan mucho valor a los equipos de personas más jóvenes.
¿Qué le dirías a los responsables de selección de una compañía que no apuestan por el talento sénior para convencerles de que lo hagan?
Les hablaría de los valores que uno ha adquirido con los años y que pueden ser de mucha utilidad. La actitud es lo más importante y en una persona sénior van a encontrar compromiso y sentido de la responsabilidad. Si les dan la oportunidad, estoy seguro que podrán demostrar que ponen todo su interés y que su experiencia y actitud acabarán siendo muy valiosas para el equipo.
En alguna ocasión, ¿has notado rechazo o prejuicios a la hora de acceder a un puesto de trabajo por cuestiones de edad?
Sí, es un sentimiento que tengo muy arraigado y recurrentemente tengo pensamientos al respecto. En una ocasión fui a entregar un CV a una residencia y quien me recibió me dijo que tenía un excelente CV. Me hizo pensar que quizás me darían la oportunidad, pero nunca me llamaron. Consecuencia de todo esto siempre tengo estos pensamientos sobre la edad cuando aplico a puestos de trabajo.
En alguna institución me han dicho directamente que ya no podían hacer nada por mí, que por mi edad ya no podía trabajar. Eso fue muy desalentador para mí porque pensaba que mi vida laboral había terminado definitivamente. Me sentí desamparado porque ya no tenía forma de mantenerme.
Y una vez en el desarrollo del mismo, ¿has notado esos prejuicios por parte de compañeros o superiores?
Por parte de compañeros y superiores no he sentido tanto esos prejuicios. Aunque en alguna ocasión sí que personas jóvenes parecía que me miraban extrañados de que yo con mi edad estuviera trabajando. Pero no me han tratado mal.
Por último, cuéntanos tu experiencia en la Fundación Adecco. ¿Cómo conociste la fundación y cómo valoras la orientación/ayuda que te han prestado?
Conocí la Fundación Adecco por recomendación de una de mis hijas que vive en Sevilla. Estoy muy agradecido a Jesús, mi persona de referencia, y a la Fundación Adecco porque ha sido el apoyo más grande que he tenido en mi búsqueda de empleo. También anímicamente. Siempre he recibido la ayuda que he necesitado tanto para hacer la búsqueda como después cuando he estado trabajando.