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Pablo Pineda: «el futuro no va de bits»

Pablo Pineda: «el futuro no va de bits»

Se predice que en el año 2249 las personas con discapacidad podremos disfrutar de la plena inclusión. Hablamos de que tendrán que pasar 231 años para conseguirlo. Sé que no viviré para verlo, pero ahora mirar al futuro me produce nostalgia de todo lo pasado.

En el año 1980 se celebró el “Año Internacional del Subnormal” (es una expresión que ahora me cuesta ponerla sobre un papel). Imaginaos la revolución que supuso en esa época que una persona con síndrome de Down estudiara en la Universidad. Para avanzar hay que propiciar el cambio y pienso que en aquel momento mi paso humilde por la Universidad sirvió para dar un paso hacia delante.

Creo que hemos avanzado, que hoy las personas con discapacidad tenemos más visibilidad y mayor participación en la mayoría de ámbitos de la sociedad, pero también considero que es absolutamente insuficiente. Tenemos que acelerar porque muchas personas y familias sufren la discriminación y exclusión hoy, día 3 de mayo del año 2019. No es justo.

A mis 44 años estoy en una edad reflexiva, con capacidad de ver la vida con perspectiva y también con proyección hacia el futuro. Cuando era joven e idealista soñaba y defendía con el corazón, mirando el futuro sin ningún tipo de miedo ni barrera, diría que mi defensa en aquel momento estaba guiada por el instinto que tiene cualquier persona de buscar algo tan básico como la felicidad. Hoy, es una defensa en la que miro menos mi propia felicidad y en la que soy más consciente de que lo que haga hoy, se verá reflejado en el futuro y en la vida de millones de personas.

Todavía hoy mantengo el espíritu juvenil de aquel Pablo Pineda de los 90 que decidió romper la norma y aunque veo con entusiasmo todos los avances tecnológicos, el big data, la digitalización, la inteligencia artificial, la robotización, … y todo lo que suponen para la sociedad, creo que hemos equivocado el foco del progreso.

Como muchos ya sabéis soy maestro de formación, pero sobre todo soy maestro de vocación y convicción. La educación es la clave para el progreso. Mis padres apostaron por mi formación y sé que sólo conseguiremos que las personas con discapacidad seamos ciudadanos de pleno derecho cuando podamos acceder a la educación y formación en igualdad de condiciones. Creo que el futuro hay que construirlo apostando por el sistema educativo como base y trabajando por asentar valores universales que representen a todos los ciudadanos.

Quiero reivindicar la profesión del maestro. Siempre he pensado que son quienes deberían dibujar el futuro de nuestras sociedades. Espero que podamos alcanzar un pacto educativo y que cuando se haga, sea con criterios de inclusión y que cuenten con los millones de personas con discapacidad que únicamente queremos, como cualquier persona, ser felices y aportar valor a la sociedad.

El futuro no va de bits, sino de pulsaciones.

Pablo Pineda Ferrer, consultor en Diversidad de la Fundación Adecco

marc
marc.ponce@adecco.com
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