Desirée Vila es atleta paralímpica española. Mientras entrenaba, sufrió una fractura de tibia y peroné en la pierna derecha. Debido a negligencias médicas, le tuvieron que amputar dicha pierna.
Desirée es embajadora de la Fundación Adecco. Es uno de los rostros protagonistas de las becas 2019 de la Fundación para estudiantes con discapacidad, que tienen la finalidad de promover la formación cualificada de los jóvenes entre 16 y 30 años con discapacidad para que, en el futuro, puedan acceder al mercado laboral en las mismas condiciones que el resto de la sociedad.
Desirée, empecemos por el principio. Tú eras gimnasta de élite con solo 16 años. ¿Cómo era tu vida?
Era parecida a la de ahora. Tenía mucha disciplina porque el deporte de élite te exige eso. Hay que entrenar todos los días, cuidar la alimentación, los fines de semana en vez de, por ejemplo, ir al cine o a cumpleaños de amigos, aprovecho para estudiar porque durante la semana no dispongo de tiempo suficiente.
No me importaba perderme un cumpleaños porque tenía que entrenar; todo lo contrario, prefería ir a los campeonatos. Entonces, mi vida era muy similar a la que llevo ahora con mucha disciplina y exigencias porque es la única vía para alcanzar los éxitos y logros que me propongo.
Y de repente, una fractura de tibia y peroné dan un giro de 180º a tu vida. ¿Qué ocurrió?
Estaba entrenando, preparándome para el Europeo de ese año. Me lesioné haciendo una acrobacia, me caí con la pierna derecha adelantada y me rompí la tibia y el peroné. Entonces, al romperse los huesos, una arteria sufrió.
Cuando llegué al hospital no se dieron cuenta de que no corría sangre por la pierna, no me hicieron las pruebas pertinentes y cuatro días más tarde me cambiaron de hospital. Fue ahí donde me dijeron que tenía una necrosis y que la pierna llevaba muchas horas sin recibir sangre.
Me tuvieron que amputar la pierna porque la infección que tenía podía propagarse a todo el cuerpo y me podía, incluso, hasta morir. En el momento en que me dieron la noticia me di cuenta de la gravedad de la lesión. Pensaba que iba a estar dos o tres meses con muletas y escayola. Y me di cuenta de que no, que mi vida iba a dar un giro completo.
Ahora es tu momento: eres deportista de élite, embajadora de Barbie etc… pero no todo ha sido de color de rosa. ¿Fue duro hacer frente a esta realidad, a este nuevo yo?
Sí, sobretodo por la edad. Me cogió muy joven, una edad complicada por el tema del físico, donde no aceptaba mi cuerpo ni mirarme al espejo. No me atrevía a salir a la calle con pantalones cortos para que la gente no me mirase. Pero fue duro, principalmente, por el deporte. Dedicarle tantas horas diarias a una actividad que te gusta tanto y verme encamada, usando muletas sabiendo que no podría practicar deporte como antes nunca más. Es algo que tenía que llevar con calma y con ayuda psicológica.
Mi familia y amigos fueron muy importantes. No es algo que se supere de un día para otro. A día de hoy, todavía hay cosas que estoy aprendiendo y aceptando. Es un proceso que dura para toda la vida.
¿Cómo has trabajado para convertir la discapacidad en el motor de tu vida?
Aprovechándome de la situación. Empecé en atletismo y me iba bastante bien. También me mostraba más en público y ya valoraba que la gente me iba a mirar igual. Me puse una prótesis de purpurina y a partir de ahí todo empezó a fluir.
Recurría a mi físico para anuncios que requiriesen una imagen como la mía, transmitía mi historia a través de conferencias utilizando todo lo que me había pasado como una ayuda para mi beneficio. A raíz de ahí lo superé al 100% y sabía que tenía que aprovecharme de la situación.
“Aprovechaba mi físico para anuncios que requiriesen una imagen como la mía”
En todo este proceso, ¿Cuál ha sido la lección de vida más importante que has aprendido?
Darme cuenta de que las cosas no siempre salen como uno quiere. Al principio es algo que es frustrante porque ves que no alcanzas lo que quieres lograr. Pero, en este proceso me he dado cuenta que no hay que pensar el por qué me ha pasado a mí sino que hay que superarlo.
Fue duro porque tenía 16 años, una edad muy joven y en la que es complicado afrontar la situación pero, al final, tu vida está en el destino y hay cosas que están en tu mano y otras que no, que hay que aceptarlas porque no hay forma de cambiarlas.
Es importante luchar por unos objetivos y tener sueños pero también saber que si, por cualquier razón, esos sueños no se pueden cumplir de la forma en que querías, siempre hay tiempo para cambiarlos y adaptarlos a la nueva situación.
Hablemos de tu entorno. En las situaciones que has vivido, ¿en quién te has apoyado?
En mucha gente pero, principalmente, en mi familia que estuvieron conmigo desde el primer minuto, me ayudaron a no caer y volver al deporte. No quería regresar y mis padres fueron los que me animaron. Me obligaron y se lo agradezco porque gracias a ellos ahora estoy en el equipo nacional de atletismo adaptado.
También mis amigos me apoyaron. No me dejaron de lado, todo lo contrario. Por ejemplo, para que no perdiese el ritmo de las clases, me traían los apuntes al hospital. Siempre intentaban que viviera la situación con normalidad.
Luego, obviamente, no puedo eludir a todo mi equipo: fisio, rehabilitador, psicólogo. En definitiva, todos los profesionales que estuvieron ahí para que me encontrara bien no sólo físicamente sino psicológicamente.
En junio de 2018 publicaste el libro “Lo único incurable son las ganas de vivir”. ¿Cómo surgió la idea? ¿Qué podrán encontrar los lectores?Empecé a escribir el libro no con la idea de publicarlo sino como una autoayuda, una terapia para expresar todo lo que me había pasado y no dejarlo en el olvido. Además, como había cosas que no me acordaba debido a que estuve un tiempo con mucha medicación, entrevisté a mi familia, mis amigos y a toda la gente que me había rodeado y aprendí muchas cosas.
La gente que te rodea es la que más lo sufre. Todos mis amigos me apoyaron y tenían que ser fuertes a pesar de que la situación les podía en muchos casos. Entonces, publiqué el libro como una forma de agradecimiento para ellos. Agradezco que no se cayeran en los momentos complicados. Quise transmitir mi historia y ayudar así a otras personas que estuviesen atravesando una situación similar.
“Las cosas no siempre salen como uno quiere”
Eres embajadora de la Fundación Adecco. ¿Crees que las empresas siguen teniendo prejuicios a la hora de contratar personas con discapacidad? ¿Crees que las nuevas generaciones estáis desmontando muchos mitos?
Todavía queda mucha concienciación a la sociedad en general pero también a las empresas. Puede parecer que una persona con discapacidad va a rendir menos o va a tener más problemas, y no es así. Las personas que tenemos discapacidad luchamos cada día por normalizar nuestra situación. Entonces, en una empresa no nos va a suponer un esfuerzo mayor. Luchamos cada día por hacer las mismas cosas que una persona sin discapacidad.
Las personas jóvenes estamos intentando cambiar ese chip de la discapacidad. En mi caso todo el trabajo que hago de anuncios, conferencias sé que es importante para el futuro, para los que vengan detrás porque cuanto más aparezcamos las personas con discapacidad en los medios de comunicación y en las empresas, en cualquier circunstancia, la gente lo va a normalizar y no nos verán como gente extraña o con otras capacidades. Nos verán como uno más, es un trabajo fundamental que tenemos que hacer las personas con discapacidad.
Tenemos que alzar la voz para que, en el futuro, las personas con discapacidad tengan más facilidades y oportunidades.
“Las personas con discapacidad luchamos cada día por normalizar nuestra situación”
Eres deportista de élite. ¿Crees que los deportes paralímpicos cada vez tienen más adeptos?
Realmente, cada vez es más complicado llegar a unos Juegos Paralímpicos. Antes era más sencillo porque había menos gente, el deporte adaptado era menos conocido, había más facilidades y patrocinios para que las personas con discapacidad pudieran practicar deporte adaptado.
Hoy por hoy, el deporte paralímpico tiene muchos espectadores, hay mucha audiencia y muchos participantes. Prácticamente tienen el mismo presupuesto y repercusión que unos Juegos Olímpicos.
Cada vez los deportistas paralímpicos estamos haciendo mejores marcas, que se asemejan más a las de los atletas convencionales. Gracias a prótesis, sillas adaptadas,… en definitiva, los elementos que necesitamos para alcanzar el nivel del deporte profesional, nos están permitiendo competir en las mismas condiciones que otro deportista que no tiene discapacidad. Esto llama la atención y hace que la gente esté más pendiente de lo que estamos haciendo.
«Cada vez es más complicado llegar a unos Juegos Olímpicos»
Eres muy joven, pero tu vida ha sido muy intensa. ¿Cómo te ves en diez años, tanto a nivel personal como profesional?
Me cuesta mucho contestar a esta pregunta siempre que me la hacen porque la vida puede cambiar mucho de un día para otro. Personalmente, hace cinco años estaba en el campeonato del mundo de gimnasia acrobática y hoy me estoy preparando para el campeonato mundial de atletismo. En cuestión de cinco años he cambiado de deporte. Si, hace dos años, me hubiesen preguntado si haría todo lo que ahora estoy haciendo- conferencias, estudiando, entrenando para un mundial- no me lo hubiese imaginado.
Sí tengo objetivos a corto y medio plazo, considero que es fundamental para cualquier persona, y siento que me vendrán nuevas oportunidades y muchas alegrías y cosas buenas porque trabajo para conseguirlo. A nivel deportivo me gustaría seguir compitiendo a nivel internacional, estar en el ranking mundial entre las mejores del mundo. Y, a nivel profesional, querría terminar mi carrera, hacer un máster.
Dentro de unos años, me gustaría compaginar lo que he estudiado, que es relaciones internacionales, con el deporte. Sería un sueño estar en el Comité Paralímpico.
Eres la imagen de la “nueva Barbie” donde la marca ha comercializado un nuevo referente de la popular e histórica muñeca. ¿Es un paso más hacia la inclusión de las personas con discapacidad en la sociedad y su visibilidad?
Creo que es un paso gigante hacia la inclusión de personas con discapacidad porque nos enseña una realidad social: no todas las personas son altas, delgadas, rubias…también hay personas en silla de ruedas, personas con la piel oscura, personas de tallas grandes, bajitas, con prótesis…Si las muñecas, que son el principal juguete de los niños, puede ayudar a enseñarles desde pequeñitos la importancia de la aceptación y el respeto hacia la diferencia, ya tenemos el principio de un camino hacia la inclusión.
Has lanzado en septiembre con el comienzo del nuevo curso tu canal en YouTube. ¿Crees que el mundo de los influencers necesita mayor diversidad? ¿Qué tipo de contenidos vas a publicar?
Creo que es importante influir de manera positiva y, sobre todo, que el público se pueda sentir identificado sea cual sea su situación. En mi caso, lo que pretendo es influir, ayudar, dar consejos… a personas como yo, con una amputación o una discapacidad.
Recientemente he publicado un vídeo hablando sobre los productos que utilizo para cuidar de mi muñón, los ejercicios de gimnasio que me han sido útiles para fortalecer esa musculatura…siempre hablando desde mi propia experiencia, pero tratando temas útiles y con un enfoque motivador para aquellas personas que se puedan sentir identificadas con mi historia de vida.