Arancha Jiménez, directora de operaciones de la Fundación Adecco
Máximo histórico en contrataciones
En España ha crecido la contratación de personas con discapacidad y en 2014 alcanzó su máximo histórico, superando las 80.000. Este incremento es la respuesta lógica y natural a una sociedad diversa, que se refleja en la cultura corporativa de las empresas.
Las organizaciones empiezan a entender la diversidad funcional como un aporte de riqueza en todos los sentidos, no sólo desde el punto de vista fiscal, sino también desde la óptica social y de la productividad. Cuando una empresa contrata al profesional con discapacidad pierde el miedo y toma conciencia de todos los beneficios que aporta a la organización: esfuerzo, superación, capacidad de sacrificio y otras muchas cualidades que revierten en buenos resultados.
Desde la Fundación Adecco instamos a las empresas a mirar el talento y no la discapacidad, un mensaje que por fortuna va calando cada vez más.
Pero el cambio de chip también se está haciendo patente en las propias personas con discapacidad, principalmente en las nuevas generaciones, que hoy se plantean un futuro profesional trabajando y se preparan para ello, rompiendo la anquilosada tradición que relaciona, de forma inexorable, la discapacidad con inactividad o dependencia.
Políticas de contrataciones
¿Se deben fomentar las políticas que incentiven estas contrataciones? Por supuesto. Aún queda un inmenso camino por recorrer y sólo podremos avanzar con políticas activas de empleo y con el compromiso del tejido empresarial. Todavía existen empresas que sostienen razonamientos, bien construidos, que argumentan a favor de la no contratación de personas con discapacidad, habitualmente por temor ante la ausencia de experiencias previas. Además, hemos de tener en cuenta que la tasa de actividad de las personas con discapacidad es aún muy baja: el 63% de las que tienen edad laboral no tiene empleo ni lo busca, cifra que demuestra que aún estamos muy lejos de la normalización.
La LGD (Ley General de los Derechos de las personas con discapacidad) es el máximo exponente en el ámbito legislativo. Esta normativa, entre otras cuestiones, exige a las empresas de más de 50 trabajadores incorporar un porcentaje de empleados con discapacidad no inferior al 2%. Desde la Fundación Adecco, ayudamos a nuestras empresas colaboradoras, no sólo a cubrir la cuota que exige la ley, sino a dar un paso más, creando culturas corporativas sensibilizadas y que integran la diversidad de forma natural.
Personas con discapacidad en la esfera social y cultural
El primer paso para la inserción laboral de las personas con discapacidad es su integración en todas las esferas sociales. El hecho de que cada vez participen más en los diferentes ámbitos culturales, educativos, lúdicos, etc, es un indicador de que nuestra sociedad, por fin, comienza a despertar a la diversidad que caracteriza al mundo.
Sin embargo, quedan muchas miradas por cambiar y muchos prejuicios por derribar. Es vital que deje de ser anecdótico ver a una persona con discapacidad haciendo una tarea de forma autónoma: hay que dar un paso decisivo para que se convierta en algo habitual, pues sólo entonces habremos alcanzado la verdadera normalización.