En un contexto de recuperación económica, con más de un millón y medio de hogares con todos sus miembros en paro, las mujeres mayores de 45 años siguen dando la cara en el mercado laboral. Actualmente, 27.400 mujeres mayores de 45 años buscan su primera oportunidad laboral, mientras que sólo 2.700 hombres hacen lo propio. No habían trabajado antes pero actualmente se ven en la necesidad de hacerlo, en hogares aún resentidos por la crisis económica y debido a otras circunstancias como el aumento de las rupturas matrimoniales. Concretamente:
- Necesidad de apoyar a una economía doméstica resentida. Con la crisis, muchos hombres perdieron su empleo o vieron reducido su poder adquisitivo. En este contexto, la figura de la mujer mayor de 45 años ha sido fundamental, al haberse incorporado al mercado laboral en busca de un empleo que le permita contrarrestar la pérdida de ingresos en los hogares. Actualmente, a pesar de la reactivación económica, el rol de la mujer mayor de 45 años sigue siendo crítico, al haber más de un millón y medio de hogares con todos sus miembros en paro.
- Aumento de rupturas matrimoniales. Desde 2005, se han contabilizado en España más de un millón de divorcios, registrándose 100.746 en 2014, un 38% más que en 2005, cuando se documentaron 72.848. Estas separaciones han propiciado que muchas mujeres, que hasta el momento eran económicamente dependientes, hayan decidido adquirir autonomía a través del empleo. Algunas de ellas nunca habían trabajado antes y otras acumulan largos periodos de inactividad, con lo que su acceso al empleo se complica.
- Cambio en los valores culturales. Aunque este factor tiene menor peso, desde finales de los 70, se ha ido reduciendo el estigma de la mujer dedicada al cuidado del hogar. La gran ruptura se produjo hace 4 décadas, pero hoy en día continúa el viaje hacia la igualdad. Cada vez más mujeres mayores de 45 años, hasta entonces inactivas, deciden formarse o buscar un empleo como vehículo para incrementar su realización personal –algunas de ellas aprovechando que se liberan de sus responsabilidades familiares-.
Todas ellas están especialmente expuestas a la exclusión social. A su falta de experiencia hay que añadir otros factores que suelen presentar como bajo nivel formativo o escasos recursos económicos, lo que provoca que en muchas ocasiones, cuando se incorporan al mercado laboral, lo hagan directamente al desempleo. Un desempleo que suele convertirse en estructural (de larga duración).
Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco: “las mujeres de más de 45 años que buscan su primer empleo destacan por su iniciativa y, una vez se incorporan al puesto, suelen demostrar un gran compromiso y fidelidad al proyecto empresarial. Sin embargo, sus dificultades a la hora de encontrar empleo son mayúsculas, pues a la ausencia de experiencia hay que añadir la obsoleta discriminación que siguen experimentando por ser mujeres y tener más de 45 años, debido a prejuicios y estereotipos aún asentados en el imaginario social. Están por tanto, doblemente expuestas a la exclusión social”.
La Fundación Adecco trabaja para que estas mujeres en riesgo de exclusión puedan encontrar una ocupación que les permita reconducir sus vidas. Cuando lo hacen, suele ser en el sector servicios, con una modalidad contractual eventual por circunstancias de la producción, como recepcionista (11%), personal de limpieza (10,2%) o camarera de pisos (9,4%).
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