Antoni Ballabriga (Barcelona, 1968), Director global de Negocio Responsable de BBVA, es, en realidad, un intraemprendedor social, con gran experiencia en la generación de proyectos de alto valor para la empresa y para la sociedad. Su figura ha liderado el cambio hacia la “banca responsable”, reforzando el área de RSC de uno de los bancos más importantes de nuestro país.
La crisis, ¿supone un antes y un después en la forma de hacer banca?
La crisis ha puesto en la agenda de las grandes entidades la necesidad de dar otro tipo de respuesta a los clientes y a la sociedad. Es evidente que ha elevado las exigencias: hay comportamientos que ya no se permiten y nuestra obligación es saber dar la mejor respuesta.
¿Cómo podríamos definir el concepto de banca responsable?
Es un modelo que sitúa a las personas en el centro de todo lo que hacemos. Eso implica reedificar todos los procedimientos de una entidad financiera. En BBVA nos hemos centrado en 2 temas muy relevantes. En primer lugar, lo que nos piden los clientes y la sociedad: que los bancos hablemos claro, que entiendan perfectamente lo que contratan y que no haya sorpresas con ningún un producto financiero. En segundo lugar, hemos puesto el foco en dar respuesta a los grandes desafíos de la sociedad, como son la vivienda y el empleo.
¿Cómo están percibiendo los clientes e inversores esta nueva forma de hacer banca?
Es un camino de largo recorrido. Los clientes, a medida que van teniendo experiencias con esta nueva aproximación, a través de los productos y servicios que contratan, se van dando cuenta de que se puede trabajar de forma diferente. En este sentido tenemos buenos indicadores de reputación y medición, aunque aún queda camino por recorrer. En cuanto a los inversores, cada vez son más sensibles a este tipo de comportamientos. De hecho, en los últimos 3 años estamos dando relevancia a estos temas en los road shows que organizamos con los inversores.
Las pymes y autónomos son los héroes en la sombra
¿Es la iniciativa Yo soy Empleo uno de los principales exponentes de este nuevo modelo? ¿Qué balance puede hacerse de la misma, 2 años y medio después de su puesta en marcha?
Efectivamente, Yo soy Empleo fue una apuesta por apoyar la generación de empleo en España en pymes y autónomos, los auténticos “héroes en la sombra” que crean trabajo en nuestro país. Empezamos hace 2 años y medio con el compromiso de generar 10.000 empleos y ya llevamos más de 9.000. Estamos muy satisfechos porque se trata de empleo de calidad: el 70% son contratos fijos y el 40% han sido cubiertos por menores de 30 años. Estas cifras sitúan a BBVA como el banco de referencia en generación de empleo en España.
Junto a la Fundación Adecco, hemos atendido a más de 1.500 familias, con un ratio muy elevado de incorporación al empleo
Hablemos ahora de otra iniciativa, ¿cómo surge el proyecto con la Fundación Adecco para ayudar a encontrar empleo a personas que han perdido su vivienda o que están en riesgo de hacerlo?
Nos dimos cuenta de que teníamos que reaccionar ante la problemática de vivienda que está atravesando España, apostando por una solución integral que abordase las dificultades de muchas familias para hacer frente al pago de sus hipotecas. La aproximación que hicimos fue total: de arriba a abajo y en toda la cadena: soluciones de refinanciación, alquileres sociales o buscar acuerdos, siempre razonables, a través de la interlocución con diferentes agentes sociales. Uno de los proyectos vinculados fue el acuerdo con la Fundación Adecco, porque entendíamos que el empleo es la mejor herramienta para que estas personas puedan recuperar su autoestima y, en definitiva, su vida. Los resultados a día de hoy son muy satisfactorios: hemos atendido a más de 1.500 familias con un ratio muy elevado de incorporación al mercado laboral.
BBVA realiza también una apuesta muy directa por el emprendedor social, a través de Momentum Project. ¿En qué consiste esta iniciativa?
Se trata de un proyecto que llevamos impulsando 6 años en España. También lo desarrollamos en México y vamos a seguir “exportándolo” a otras geografías. Vimos muy positivo apoyar el emprendimiento social, a aquellas empresas que aborden los problemas sociales desde la perspectiva del negocio sostenible. Después de 6 años, hemos apoyado más de 60 proyectos de empresas sociales y, de hecho, estamos financiando 20 con un fondo de inversión en capital. Estamos muy satisfechos porque los diferentes proyectos están consiguiendo escala suficiente para generar impacto social.
El reto que tenemos las entidades financieras es saber explicar mejor
¿Qué mensaje trasladaría a las voces que defienden la incompatibilidad del sector bancario con la Responsabilidad Social?
Yo no hablaría de incompatibilidad, sino de todo lo contrario: precisamente lo que dará sostenibilidad al sistema financiero será el compromiso por hacer banca responsable. El gran reto que tenemos es “saber explicar mejor” y ser consistentes con nuestra hoja de ruta, focalizándonos en los temas que más preocupan a la sociedad, como son la vivienda y el empleo. El desafío es alcanzar credibilidad y ser consistentes para perseverar en las propuestas y prácticas reales que necesita el sector.
¿Cómo ha evolucionado la posición de director de RSE en los últimos años?
Se trata de un rol singular, una función nueva en la empresa. Empezó con un enfoque netamente social, porque las empresas necesitábamos articular relaciones con otros Grupos de Interés diferentes a los habituales. De ahí surgieron los primeros programas sociales. Hoy el rol ha cambiado: ante una sociedad cada vez más exigente debemos dar un salto cualitativo, adoptando un rol más disruptivo que fomente el diálogo en la organización, velando porque se revisen los procesos y la forma de hacer negocio.
Las empresas que crean en la RSE son las que van a ganar el nuevo contexto
¿La recuperación económica ha venido para quedarse?
La recuperación ya está aquí y los datos son muy elocuentes, pero es evidente que aún no llega a todas las familias. Por lo tanto no podemos bajar los brazos, sino todo lo contrario, hay que perseverar con reformas y tratar de tener la mejor certidumbre posible para que las empresas inviertan y se genere el ciclo virtuoso que necesitamos.
¿Una empresa que no desarrolle su RSE de forma estratégica está fuera del mercado?
La crisis ha puesto en evidencia qué empresas hacen RSE por verdadero compromiso y aquéllas que lo hacen por “cubrir el expediente”. La RSE es la palanca de diferenciación, no es fácil incorporarla de forma auténtica a las organizaciones. Y precisamente por eso, porque no es sencillo y hay que cambiar maneras de hacer, las empresas que se lo crean son las que van a ganar el nuevo contexto.