Propuestas para garantizar el futuro de las pensiones
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Propuestas para garantizar el futuro de las pensiones

Parque con personas mayores

Propuestas para garantizar el futuro de las pensiones

¿Se puede garantizar el futuro de las pensiones? Nuestro sistema  arrastra un problema estructural y 2 son los indicadores que subyacen a esta realidad: una esperanza de vida en máximos históricos y una tasa de natalidad bajo mínimos. Si a esto añadimos un mercado laboral que continúa discriminando a la fuerza laboral más veterana y/o que los jóvenes se incorporan cada vez más tarde al empleo, la situación se complica. Todo ello exige la revisión de algunos planteamientos aún vigentes en el mercado laboral.

Estas son algunas de las propuestas de la Fundación Adecco para garantizar el futuro de las pensiones:

  • Poner fin a la discriminación de los profesionales sénior. A partir de los 45 años las dificultades de acceso al empleo se multiplican, desechando con ello a una fuerza laboral dominante, que cada vez tiene una presencia mayor entre la población activa. Es fundamental actuar para frenar este contrasentido, siendo imprescindible apostar por procesos de selección inclusivos, que garanticen la no discriminación por edad en todas las fases de dicho proceso (atracción del talento, selección, promoción…). Encuentra más información en el Primer Libro Blanco sobre la gestión del talento sénior en España.
  • Garantizar la productividad de los profesionales de forma sostenible en el tiempo, de modo que los trabajadores no pierdan cualificación ni competencias a medida que cumplen años, sino que, muy al contrario, su edad y experiencia se convierta en valor añadido. Para ello, serán fundamentales:
    • Políticas de reskilling o reciclaje profesional que permitan a los trabajadores reubicarse en otras áreas de la compañía, en caso de que, bien cambien las necesidades de la misma, o bien ya no puedan desempeñar sus funciones habituales por condiciones de salud y/o seguridad (por ejemplo, en empleos que exigen el manejo frecuente de cargas cuando la persona supera una cierta edad). En este punto cabe señalar la importancia de los avances tecnológicos para reducir el esfuerzo físico y la penalidad de muchos trabajos.
    • Iniciativas de upskilling o formación continua en nuevas áreas para que el empleado pueda crecer en su rol actual, aportando cada vez más valor a su puesto de trabajo.
    • Políticas activas de empleo promovidas desde las Administraciones Públicas que conecten a los profesionales sénior y, en general, a sectores de la población tradicionalmente inactivos (personas con discapacidad, mujeres, etc) con los nichos de empleo emergentes, de modo que no se pierda su talento.
    • Colaboración público-privada que permita a los servicios públicos de empleo apoyarse en las empresas, como refuerzo para impulsar el acceso al empleo entre las personas en búsqueda activa. Las empresas especializadas como el grupo Adecco tienen identificada dónde está la demanda y qué necesidades de formación o recualificación presentan las personas. La colaboración público-privada es capaz de llegar a más gente con un menor coste y una mayor calidad.
  • Acelerar la reforma del sistema de pensiones, poniendo foco en las medidas de prolongación de la vida activa. Es fundamental regular los supuestos de jubilación anticipada, igualando la edad de jubilación legal (la estipulada por ley) con la real (la edad a la que, en la práctica, se jubilan los trabajadores). En la misma línea, es preciso e incardinar la edad de jubilación a una esperanza de vida cada vez mayor.  Como sociedad, tenemos que asumir que no es compatible vivir cada vez más años manteniendo estanca la edad  de salida del mercado laboral.
  • Hacia modelos de jubilación más flexibles.  Pasar del trabajo a tiempo completo a la jubilación a tiempo completo puede ser pernicioso para la salud. Es necesario generalizar la compatibilización de la labor profesional con el cobro de la pensión en todas sus modalidades.  Así, la desvinculación del profesional con el mercado es gradual y, además, se maximiza su tiempo de cotización.
  • Mirar hacia Europa. Por coherencia demográfica y para restar presión a la «hucha» de las pensiones, los planes privados y de capitalización han de adquirir una progresiva importancia, como ya sucede en Alemania, Reino Unido o Dinamarca.  En el país danés, además, se ha establecido que la edad de jubilación vaya aumentando automáticamente y en paralelo a la esperanza de vida.
  • Regular la economía sumergida, que en España podría suponer el 20% del PIB, invirtiendo más recursos para detectar y legalizar el empleo irregular.
  • Avanzar hacia el pleno empleo, invirtiendo en sectores emergentes y de alto valor añadido. España se caracteriza por unos índices de desempleo muy elevados, que complican sobremanera la sostenibilidad de las pensiones. Por ello, va a ser fundamental reformular las políticas activas de empleo y poner el foco en la formación  de los parados (incidiendo en lo digital), de modo que la oferta y la demanda de empleo puedan conectar, evitando el desaprovechamiento de la fuerza laboral y los episodios de paro de larga duración.
  • Estimular la tasa de natalidad y destinar un mayor porcentaje del PIB a las familias, de modo que las parejas encuentren facilidades para tener hijos y compatibilizar su cuidado con la carrera profesional.

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Irene Gil
irenegilromero@gmail.com

Periodista. Más de una década profundizando en la situación social y laboral de las personas en riesgo de exclusión.

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