Desirée Vila
Embajadora de la Fundación Adecco
“Lo único incurable son las ganas de vivir”, así se titula el libro que recoge uno de los periodos más duros por los que ha tenido que pasar esta joven atleta, un libro cargado de fuerza y superación. El mismo golpe de fuerza que recibió al oír esta frase en boca de una enfermera durante uno de los momentos más críticos por los que ha pasado.
Desirée Vila era una joven gallega de 16 años con una prometedora carrera como gimnasta acrobática de élite por delante. Las horas de duro entrenamiento y estudio le dejaban poco tiempo para salir a divertirse con los amigos, pero ella disfrutaba de este estilo de vida hasta que una mala caída cuando preparaba el Campeonato Europeo dio un giro de 180º a su vida. Tras varios días en el hospital, una negligencia médica condujo a la amputación de su pierna derecha. Aunque pueda sorprender, la vida de Desirée no ha cambiado tanto como podríamos llegar a imaginar. El deporte que había sido protagonista durante toda su vida volvió a cruzarse en su camino y fue la mejor terapia para su recuperación. Le quito las inseguridades y la animo a mostrarse ante la sociedad como era, con su prótesis. Paciencia, adaptación y actitud son los tres pilares a los que se ha agarrado Desirée Vila para volver a afrontar la vida con la misma ilusión que la ha caracterizado siempre.
Ahora es atleta paralímpica y vive en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid donde se prepara cada día para ser un referente del deporte paralímpico español de las próximas décadas, pero, sobre todo, para demostrar que todo es posible y que las limitaciones nos las ponemos nosotros mismos. Así, la Desirée de ahora se parece mucho a aquella de 16 años; lleva una vida parecida con mucha disciplina y exigencias porque “es la única vía para alcanzar los éxitos y logros que me propongo”, asegura. Tiene un importante objetivo en mente: los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. Desirée es pura luz, motivación y deja huella allí donde va.
No solo es deportista de élite, también se ha convertido en la imagen de la famosa marca de muñecas Barbie, embajadora de Oysho y un referente a seguir por muchos jóvenes con y sin discapacidad. Si algo tienen nuestros embajadores en común es que son personas polifacéticas. Desirée, además de entrenar, colaborar con marcas y ser youtuber, es estudiante de universidad. Estudia relaciones internacionales y espera en un futuro poder compaginar la faceta del deporte junto a esta más académica. Con todo esto no tiene suficiente y es capaz de combinar toda esta actividad con su cargo de embajadora de la Fundación Adecco. Imparte jornadas de sensibilización demostrando que la discapacidad es también sinónimo de talento y su historia personal un ejemplo vivo de superación y normalización. Desirée apunta a que seguirá cosechando éxitos allí por donde vaya.