Johanna Ackerman
Hace cerca de un año y medio que nuestra próxima protagonista Johanna, entra en contacto con la Fundación Adecco, interesada por una oferta de empleo. Desde entonces, ha participado en algunos proyectos que le han repercutido positivamente en lo personal y en lo profesional. En este camino, le ha ayudado María José Bordetas, consultora de integración de la que destaca: “hemos tenido muy buena relación y me parece una persona muy profesional porque siempre ha estado pendiente de mi situación”
Johanna es técnico superior en relaciones laborales. Se ha dedicado durante más de veinte años a la gestión administrativa de grandes empresas y su discapacidad no ha sido ningún impedimento. Su último trabajo, ha sido en una empresa de investigación social por un periodo de dos meses.
Para Johanna, el empleo tiene una capital importancia sobre la vida de una persona: independencia, estabilidad, organización, sin olvidar la influencia positiva que ejerce a nivel emocional y sin desdeñar la posibilidad de establecer relaciones interpersonales de calidad con compañeros de trabajo, clientes y proveedores que contribuyen definitivamente a evidenciar que un trabajo es algo que va más allá que la mera remuneración económica.
Bajo este pensamiento, Johanna también cree que todas profesiones son esenciales porque cada persona tiene un rol que desempeñar en cada empresa para que funcione. Es esencial para la sociedad, poder incluir a todas las personas en el mundo laboral.
A pesar de haber vivido un año difícil, inevitablemente marcado por la pandemia de la Covid-19, da las gracias porque su familia y ella hayan tenido salud, además Johanna nos comparte su lección aprendida: valorar el tiempo en casa con sus familiares, apreciar las amistades reales que lejos de debilitarse, se fortalecen y conservan a pesar de cualquier distancia.
Su deseo más inmediato es encontrar un trabajo, que le otorgue la seguridad que le permitirá tener un mejor futuro junto a los suyos. Su deseo para el mundo es que cuidemos más del planeta y acabemos con el virus que ha puesto en jaque al mundo.
Gracias Johanna por haber respondido a nuestra llamada, por tu amabilidad y capacidad de adaptación. Que el color azul te acompañe siempre.
