La andaluza Raquel Domínguez, deportista con una enfermedad degenerativa, ofrece una visión renovada de la discapacidad

  • La osteopatía idiopática que padece le impide mover los brazos, que tiene literalmente “atornillados”.
  • Su espíritu de lucha y motivación ha servido para derribar barreras y estereotipos que siguen existiendo en torno a la discapacidad, allanando así su camino hacia la empresa normalizada.

La andaluza Raquel Domínguez, deportista con una enfermedad poco frecuente, ha protagonizado una jornada de sensibilización junto a empleados de Emasagra. Este evento se enmarca en la colaboración que la empresa mantiene con la Fundación Adecco para lograr la plena inclusión de las personas con discapacidad.

Domínguez tiene, desde los 9 años, una osteopatía idiopática que le impide mover los brazos. Esta enfermedad degenerativa le ha ocasionado una artroescapulectomía bilateral, lo que quiere decir que tiene los brazos literalmente “atornillados” y que le van amputando poco a poco las escápulas u omóplatos, a medida que se deterioran.

Hoy, a sus 42 años, y con 23 operaciones a sus espaldas, la andaluza ha logrado salir adelante gracias a un espíritu de lucha que nunca le ha dejado rendirse. En efecto, es polifacética: actriz de doblaje, monitora infantil y ha sido campeona española de natación de 100 y 200 metros. Además, desde hace una década, es embajadora de la misión social de la Fundación Adecco: acercar el empleo a las personas que lo tienen más difícil, en este caso con discapacidad. Para ello, comparte su experiencia de vida con empresas comprometidas, pues son las que el día de mañana decidirán si contratan a una persona con discapacidad.

Vivir superando límites

Es precisamente esta misión social la que ha llevado a Domínguez a Emasagra, donde los empleados han podido escuchar de primera mano su testimonio, con el que ha demostrado que la discapacidad no es un obstáculo para ser productivo y eficiente. La sevillana ha explicado cómo el deporte y el trabajo han sido los principales vehículos para llevar una vida plena y normalizada.

“No podemos aferrarnos a lo imposible, hay que buscar herramientas, marcarse proyectos y nuevas motivaciones. Mi día a día se basa en intentar ver la parte positiva de todo y dar lo mejor de mí en el trabajo y en el entrenamiento. Intentar que cada día sea el mejor”- ha  recalcado.

Además, Domínguez ha instado a los asistentes a no quedarse en lo meramente externo (la discapacidad) para  poner la atención en las personas y en su talento, pues es el único modo de terminar con la discriminación y posibilitar que las personas con discapacidad trabajen en entornos normalizados.

La ilusión y la motivación de Raquel han sido suficientes para derribar un sinfín de prejuicios y estereotipos en torno a la discapacidad y comprobar que, lejos de convertirse en un obstáculo para alcanzar las metas personales, puede alzarse como un estímulo para superarse diariamente y dar lo mejor de uno mismo.

060617NDP EMASAGRA



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