Cuando nos enfrentamos a la búsqueda de empleo, lo primero que nos viene a la mente es preparar un currículum lo más completo posible, para después enviarlo a las empresas contratantes. Es cierto que este punto es esencial, pues se trata de nuestra carta de presentación y hay que cuidarlo al detalle. Pero debemos invertir el orden: primero estudiaremos el mercado laboral y después ajustaremos nuestro currículum a sus demandas. ¿Por qué? Sencillamente porque es más fácil que nosotros nos adaptemos al mercado a que el mercado se adapte a nosotros, ¿no crees?

Pero, ¿cómo estudiar el mercado?

Tenemos que interiorizar una dinámica: todos los días consultaremos los principales portales de empleo y echaremos un vistazo al tipo de puestos que se demandan. Quizás detectemos que la mayoría de las ofertas de nuestro sector exigen inglés y que tenemos que ponernos las pilas con el idioma, o hacer más destacadas nuestras estancias en el extranjero.

Es posible que muchas ofertas destaquen determinados aspectos que buscan en los candidatos: polivalencia, proactividad, disponibilidad para viajar… Ser consciente de estas demandas nos ayudará mucho a redactar las cartas de motivación, en las que fijaremos la atención en aquello que más valoran los departamentos de Recursos Humanos.

Sin duda alguna, conocer el mercado supone una ventaja competitiva para todo estudiante universitario, que podrá:

– Adaptar su currículum y su carta de presentación a las competencias que demandan las ofertas.

– Anticiparse, accediendo a formaciones específicas que adecúen su candidatura a las exigencias del mercado.

– Conocer de forma más inmediata las ofertas de empleo, al tener interiorizada la dinámica de consultarlas. Su candidatura llegará antes a la empresa y tendrá más posibilidades de incorporarse al proceso de selección.

– Tener un mayor ratio de éxito en las entrevistas de trabajo, al tener claro lo que buscan las empresas y haberse preparado para ello.