Con motivo del Día Mundial del Síndrome de Down 2025, queremos poner el foco en un problema que sigue limitando la vida y el desarrollo de muchas personas con trisomía 21: la infantilización. Denunciamos la actitud condescendiente y paternalista con la que muchas personas adultas con síndrome de Down son tratadas en su día a día, reflejando una realidad a la que se enfrentan constantemente: la falta de reconocimiento de su autonomía y competencias.
La infantilización no solo afecta la autoestima e independencia de las personas con síndrome de Down, también limita sus oportunidades de desarrollo personal y profesional. Tratar a una mujer adulta con síndrome de Down como si fuera una niña refuerza prejuicios y dificulta su plena inclusión en la sociedad.
Las personas con síndrome de Down son, ante todo, personas. Como cualquier otra, tienen sueños, aspiraciones, derechos y la capacidad de tomar decisiones sobre su propia vida. La sobreprotección y los estereotipos pueden convertirse en una barrera más difícil de superar que cualquier otra limitación objetiva.
La próxima vez que hables con una persona con síndrome de Down, recuerda: hay más cosas que nos unen que las que nos separan.
En España, hay aproximadamente 23.300 personas con síndrome de Down en edad de trabajar, pero solo un 5% lo hace. Aunque hemos avanzado en inclusión, todavía queda mucho por hacer.
El acceso a un empleo digno y en igualdad de condiciones es un derecho fundamental. Para lograrlo, es necesario que las empresas adopten una visión más abierta y rompan con los prejuicios. La diversidad en el entorno laboral no solo beneficia a las personas con síndrome de Down, sino que enriquece a toda la sociedad.
Con esta visión el equipo de la Fundación Adecco trabaja en dos proyectos con personas con discapacidad intelectual: La Cantera de Talentos y Ecoempleo.
Son dos programas diseñados para el entrenamiento de las competencias pre laborales básicas implicadas en el desarrollo pleno como persona adulta, autónoma y con capacidad para la toma de decisiones.
Caterina, alias “La Cate”, es una activista por los derechos de las personas con discapacidad intelectual e influencer. Comprometida con la visibilización de la diversidad en la sociedad y el mundo laboral, combina su trabajo en una empresa de moda, con su actividad como embajadora de la Fundación Adecco y con la creación de contenido para una comunidad de seguidores de más de 700.000 fans en TikTok y más de 50.000 en Instagram. Ha participado en distintas iniciativas para fomentar la inclusión y derribar estereotipos.
Conocida en redes sociales como “El Cromosoma de Marieta“, es la protagonista de cuenta que gestiona su madre. Juntas, utilizan este altavoz como defensoras de la inclusión de las personas con síndrome de Down. A través de sus publicaciones, muestra su día a día con humor y naturalidad, rompiendo mitos y promoviendo el respeto y la igualdad. Además de ser beneficiaria del Plan Familia de la Fundación Adecco casi desde su nacimiento, ha participado en multitud de iniciativas a favor de la inclusión de menores con síndrome de Down y en contra del bullying.
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